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Audio: Hijos sorpresa

REFLEXIONES...

  AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Todos los padres luchamos por darles lo mejor a nuestros hijos, los tratamos de igual manera, aunque en ocasiones existan tendencias e inclinaciones preferenciales hacia alguno de sus hijos, por las razones que sean, pero siempre los queremos a todos de igual manera.

Sin embargo, cuando crecen, casi siempre vienen los problemas, rivalidades, envidias, celos, creencias limitadoras, que se han generado desde la niñez y han creado sentimientos que han estado guardados y convierten a un determinado hijo al crecer, en una amenaza para preservar la unidad familiar.

“Al visitar a mi hermana, me decía alguien, voy en chancletas, antes de ir al salón, con la ropa menos lujosa, para evitar despertar sentimientos de rechazo y comparaciones.”

“Cuando doy algo a un hijo, trato de dar lo mismo a todos para evitar celos y problemas, decía un padre”.

Y es que cada cual tiene su propia personalidad, su carácter, su forma de ser, y han asimilado la educación y enseñanzas del hogar de diferentes maneras, por que incluso cada uno tiene sus propios aprendizajes de vida, que los han hecho ser de tal o cual forma, son estas las razones por las que siempre hay un hijo problema.

Un hijo o hija que heredó toda la prepotencia de la familia, resabioso, que vive enojado con la vida, inconforme, que se separa de los padres y hermanos por no querer compartir con ellos, es diferente del hijo que se aleja porque el rechazo, las críticas, la envidia y celos de su propia familia, perturban su felicidad.

Esto es complicado, buscar ayuda, ya a estas alturas a nivel de terapia familiar no tiene mucho sentido, no nos queda más que aprender a vivir con el desajustado de la familia, orar mucho por esa alma desorientada, tratar de darle amor y dejarle que viva sus propios aprendizajes.

Pero, Víctor Martínez te recuerda que: “no debemos ver el hecho, sino, qué lo ha motivado”, de esta manera podríamos intentar comprenderle un poco y limar las asperezas.

Oremos siempre por nuestros hijos y pidamos a Dios sanar sus corazones.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Dalinda Santana.

Hasta la próxima.

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