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Cañonazos de Bellinger y Pederson golpean Astros y guían a Dodgers
Serie Mundial está al rojo vivo, 2-2
HOUSTON.- Cody Bellinger ancló en la antesala tras conectar su primer hit en la Serie Mundial y exclamó «¡es un milagro!».
Así de mal habían bateado los Dodgers, que estaban a tres innings de hundirse dentro de un hoyo profundo en el Clásico de Otoño. Pero el novato encendió la reacción que puso fin al invicto de los Astros como locales en estos playoffs.
Bellinger despertó con un par de dobles, Joc Pederson sacudió un jonrón de tres carreras y Los Ángeles doblegó el sábado 6-2 a Houston para empatar la Serie Mundial a dos victorias por bando.
Tras irse de 13-0 en la serie, Bellinger bateó su primer doble y anotó la carrera del empate en el séptimo inning. En el noveno, cuando los Dodgers anotaron cinco veces, Bellinger remolcó la carrera de la ventaja mediante otro doblete, ante el cerrador Ken Giles.
«Me siento aliviado, seguro», comentó Bellinger. «Creo que todos estaban al tanto de los problemas que yo estaba teniendo».
George Springer había dado a los Astros la delantera por medio de un bambinazo cuando había dos outs del sexto episodio. Fue el primer hit tolerado por el abridor Alex Wood, quien de inmediato fue relevado.
La multitud en el Minute Maid Park, donde los Astros ostentaban una foja de 7-0 en estos playoffs, se entusiasmó al presentir que Houston se colocaría a una victoria de conquistar ese domingo ese título que jamás ha podido obtener en sus 56 años de historia.
En vez de ello, la Serie Mundial volverá a Los Ángeles, sin importar lo que ocurra en el quinto encuentro.
Clayton Kershaw abrirá por los Dodgers, enfrentando a Dallas Keuchel. Se trata de los mismos protagonistas del primer juego, cuando Kershaw llevó a Los Ángeles a un triunfo por 3-1.
Bellinger, quien a sus 22 años impuso un récord de novato en la Liga Nacional con 39 vuelacercas durante esta temporada, se ponchó cuatro veces en el tercer juego y una vez más en la quinta entrada del cuarto. Fue su octavo ponche en la Serie Mundial.
Recién el viernes, el manager Dave Roberts había expresado su confianza en Bellinger. Lo hizo de nuevo el sábado por la tarde.
«Se siente sereno consigo mismo», dijo el piloto. «Y cuando las cosas se complican, tiene la capacidad de comenzar de nuevo, sin permitir que todo se agrave».
Bellinger respondió, con su doblete que envió la pelota por encima del venezolano Marwin González, jardinero izquierdo. El batazo de dos esquinas puso fin a la faena del abridor Charlie Morton.
«Ahora no quise esforzarme más de la cuenta. Cuando logras eso, a veces pegas dos hits. Este deporte es algo loco», manifestó Bellinger.
Un sencillo de Logan Forsythe, cuando había dos outs, remolcó a Bellinger ante Will Harris.
Giles subió al montículo para abrir el noveno capítulo y se atascó de inmediato en un atolladero. Recibió un sencillo de Corey Seager en el primer turno y expidió un boleto a Justin Turner.
Bellinger dejó pasar un slider bajo y se enredó con una recta, para dar un lineazo que estrelló la esférica contra los letreros entre el jardín izquierdo y el central.
Levantó un brazo cuando daba vuelta por la inicial y aplaudió viarias veces, emocionado, luego de deslizarse en la segunda almohadilla.
«Todos mis pitcheos fueron defectuosos. No llegaron al lugar que yo deseaba», reconoció Giles. «Debo mejorar. Necesito hacer que mi equipo se levante».
Joe Musgrove relevó y permitió un elevado de sacrificio de Austin Barnes, además del bambinazo de tres carreras de Pederson, quien suma dos jonrones en la serie.
«¿Les gusta? ¿Les gusta?», preguntó a gritos Pederson, en dirección a sus compañeros, cuando volvía a la cueva.
Evidentemente, a los Dodgers les encantó. Habían reencaminado la serie.
Por los Dodgers, el cubano Yasiel Puig de 4-0. El puertorriqueño Kike Hernández de 4-1.
Por los Astros, los venezolanos José Altuve de 4-0, González de 2-0. El puertorriqueño Carlos Correa de 2-0. El cubano Yuli Gurriel de 3-0.