China, una nación de desafío
Por Augusto Álvarez
Quienes han observado en la historia la Gran Muralla, en China, de seguro se preguntaran ¿cómo la hicieron?
Ignoran que para los habitantes de los países del otro lado, las abejas y las hormigas constituyen ejemplos de la construcción y el trabajo.
La cultura de los asiáticos, y en especial del pueblo chino, ha hecho posible que desde años muy atrás en el calendario, la mano de obra de ellos haya estado presente en los momentos más importantes, en el desarrollo de las grandes ciudades de Europa.
Y hasta de países más cercanos de nuestras fronteras.
Wuhan, la pequeña ciudad China, en donde se conocieron los primeros casos de coronavirus, con algo menos de 17 millones de habitantes, nos transporta en un vuelo visual, a un mundillo en cuyo estilo de construcción, da la impresión de ser una obra de arte.
Es posible que el estilo de construir en China, no encaje dentro del gusto de occidente, aunque también podría ser una inspiración para quienes están involucrados en la industria del arte.
La mano de obra del trabajador chino, su dedicación al progreso sostenido de generación tras generación, es lo que se aprecia al mirar a la ciudad de Wuhan.
