Desconfianza ante la tecnología del crimen
Por Augusto Álvarez
La historia suele repetirse cada cierto tiempo, aunque la maquillen.
Consultar la historia debería ser una tarea habitual en la sociedad moderna, en la cual, de lejos se visualizan cosas, y de cerca son.
El debilitamiento clave de la guerrilla de Colombia, fue cuando todas las informaciones se encontraban guardadas en una computadora que cayó en poder de los enemigos.
Gran golpe para la guerrilla, víctima del modernismo.
Y aunque el Chapo Guzmán fue cazado por el águila luego de una llamada de un celular, a nadie parece importar caer en las redes.
¿Recuerdan los dolores de cabezas del tribunal electoral dominicano, que rechazó el voto electrónico y regresó al conteo manual?
Ahora, un triángulo de espionaje, a través de los semáforos, conforme denunció el expresidente Leonel Fernández, estalla en la vista del oficialismo, y donde bailan INDOTEL, la seguridad del Estado, INTRANT, así como la empresa que implantó cámaras en los Semáforos.
Como solía decirse, nada nuevo bajo el sol, todos se consideran estar bajo la vista de la seguridad oficial, y hasta del águila imperial, aunque todos nieguen, estamos a la luz de una tecnología que sí sabe a quién sirve.