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Dios puede orientar nuestra vida en otra dirección

REFLEXIONES...

  AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Me he visto inmerso en mis errores, pecados y flaquezas, sufriendo mucha angustia, pero, en estos momentos siempre recuerdo a San Pablo, quien decía que, por causa de Cristo se gozaba en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, porque cuando era débil, entonces era más fuerte.

Es decir, que, en el cumplimiento de nuestra misión, como líderes, cuando vivimos situaciones en las que nuestras fuerzas llegan al límite y ya no podemos más, es entonces cuando sólo Dios puede actuar y acontece un vuelco inesperado, que orienta nuestra vida en otra dirección.

He vivido en mis últimos años descubriendo cómo DIOS ESTÁ EN TODAS PARTES, empecé a estudiar el Corán, el Islam, y a verme inmerso cada vez más en una cultura, que me enseñó a postrarme para orar cinco veces al día en cada llamada de las mezquitas y empecé a notar cambios profundos en mí, oraba siempre por cada uno de los miembros de mi comunidad de amor, por mi familia y todos los que me pedían oración.

Pedía todos los días a Dios: “Señor dame luz, ilumina mi camino, me siento diferente, más cerca de ti, más espiritual, pude comprobar que en esas tierras benditas, que me acogieron, surgió y se fortaleció el cristianismo, ver el lugar donde el arca de Noé fue construida, ver la casa de la Virgen María, seguir el recorrido que algunos de los apóstoles, como San Pablo, San Juan, hicieron fundando Iglesias y predicando la Palabra, ver la Monumental Santa Sofía, cada lugar, cada acontecimiento, me hacían sentir que estaba más cerca de Dios y fortalecieron mi fe católica.

Practicar la fe desde otro ángulo, perspectiva, creencias, me llevó a vivir en esos días un período de introspección de mi vida, reconociéndome pecador, viendo mis flaquezas, mediocridades, debilidades y llegando a la conclusión de la importancia que tendría alejarme de mi zona de confort, de mi rutina y tratar de hacer cosas diferentes, lógico para poder ver resultados diferentes.

Aprendí a escuchar a Dios, a comunicarme con efectividad con Él y fue cuando me llamó a vivir un nuevo proceso de crecimiento, de purificación, de transformación, en torno a Él.

Son estos los hermosos testimonios de amor que deseo compartir contigo el próximo miércoles 14 de agosto a las 7 de la noche en Casa San Pablo.

Tú también puedes aprender a escuchar a Dios, permitiéndole reorientar tu vida en otra dirección, si es necesario.

Hasta la próxima.

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