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El Procurador, en materia de corrupción, habla mucho y hace poco
Por La Redacción
SANTO DOMINGO, R.D.– El encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en República Dominicana, Robert Copley, declaró el miércoles que todas las encuestas, las noticias e indicadores demuestran que los ciudadanos están “hartos” de la corrupción que hay en el país.
Y eso es cierto.
Por la tanta corrupción “y su prima”, la impunidad, surgió el poderoso movimiento Marcha Verde, cuyo objetivo es enfrentar ese virus que carcome, poco a poco, todas las instituciones del Estado.
La Iglesia Católica ha hecho importantes pronunciamientos contra la corrupción, contra la criminalidad y en contra de la delincuencia.
La sociedad civil está harta de pronunciarse contra la corrupción y todo sigue igual.
El procurador general de República, Jean Alain Rodríguez, respondió el jueves a Robert Copley, alegando que a las autoridades nacionales les preocupan los casos de corrupción que se están dando en el país, y por eso se ocupan de tomar las medidas necesarias para hacer frente a esos procesos.
En el país, empero, se desconoce cuáles esas medidas que dice el procurador Alain Rodríguez de que se están tomando para enfrentar los casos de corrupción.
Esto así, por la corrupción en el país está como “Juancito el Caminador”, sonante y campante, siguiendo su agitado curso.
No hay ningún funcionario preso por los casos de corrupción que se han denunciado en República Dominicana.
El Procurador no ha dicho qué ha pasado con los espantosos casos de corrupción ocurridos en la OISOE, donde hubo un muerto; en el CEA, donde hubo tres muertos; en la OMSA, donde hubo otro muerto, ni en CORDE, donde decenas de familias han sido estafadas por una operación fraudulenta.
Tampoco ha dicho nada sobre las denuncias de corrupción en la reconstrucción de hospital Darío Contreras, ni en las operaciones de compra de terrenos en el Ministerio de Educación, en tiempo del hoy ministro de Interior y Policía, Carlos Amante Baret.
El Procurador tampoco ha querido investigar las sobrevaluaciones en las millonarias obras construidas por la ODEBRECHT en República Dominicana, que admitió pagó más de 90 millones de dólares para lograr la adjudicación de obras del Estado.
Cada vez que el Procurador habla de corrupción, el país se siente más indignado.
En una ocasión, el Presidente Danilo Medina exigió al embajador de los Estados Unidos que demostrara los actos de corrupción de que habla, existían en el país.
Incluso, Medina llegó a preguntarle al embajador cuál es la corrupción de que habló y los escándalos que han surgido en su gobierno.
Después de eso, han surgido a la luz pública un montón de casos de corrupción y no se ha hecho, absolutamente nada.
Incluso, como resultado de todos esos casos, surgió Marcha Verde.
El mismo Procurador Alain Rodríguez declaró, cuando puso a disposición de la justicia el desacreditado caso ODEBRECHT, que esa compañía brasileña pagó sobornos para lograr la adjudicación de todas las obras en República Dominicana.
Pese a esas declaraciones, Alain Rodríguez no ha investigado las irregularidades denunciadas durante el proceso de licitación de la termoeléctrica Punta Catalina, donde según sus propias declaraciones, hubo soborno para su adjudicación.
Alain Rodríguez aseguró que todos los casos de corrupción que han llegado a la Procuraduría General de la República “han recibido la atención necesaria”.
Pero, no hay presos, no hay expedientes, pese a las pruebas contundentes en algunos casos, donde incluso ha habido hasta muertos, a causa de la corrupción.
Pero, también es posible que esa “atención necesaria” sea en beneficio de los imputados.
El Procurador resaltó el hecho de que en apenas un año se ha logrado capacitar al ministerio público en materia de corrupción, se están preparando expedientes y se “están haciendo reformas importantes en muchísimas instituciones”.
Eso está muy bien, pero el país exige acciones concretas, que no la hay, como son cárcel para los corruptos, que son muchos y no están presos; que se recuperen los bienes robados al Estado, que nunca se ha hecho, que no haya impunidad, que existe por doquier, y que todos los corruptos sean medido con la misma vara, lo que nunca ha ocurrido.
El Procurador siempre destaca el caso de la ODEBRECHT. Sin embargo, el país está consciente de que ese caso está totalmente cojo, porque no están, todos los que son, ni son, todos los que están.
Las vacas sagradas no han sido tocadas y únicamente, en ese lodazal, están metidos los opositores. Por esa y otras razones, es que la sociedad reclama la designación de un procurador independiente, de un fiscal sin vínculo político partidarista. Y lo hay.
Por cierto, desde su inicio, el caso cumbre del procurador, el expediente de los sobornos de ODEBRECHT, está plagados de errores.
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