Escalada delincuencial y criminal, preocupante y alarmante
Por Augusto Alvarez
El desborde de los actos delincuenciales, así como las improvisaciones con que se intenta bajar la criminalidad y la delincuencia requiere, para enfrentarla, de una autoridad fuerte, competente, decidida y sin vacilar.
¿Se actúa así? Simplemente, no.
La escalada criminal y delincuencial mantiene en pánico a la ciudadanía, hay preocupación y alarma por donde quiera. Honestamente, no recordamos otra época donde la delincuencia, parece actuar a su libre albedrío.
Eso sólo se veía en Haití, donde los delincuentes controlan todo.
El país está lleno de conflictos y preocupaciones.
Por un lado, la población se queja de la crisis económica, de los altos precios de los productos alimenticios, que hay plátano hasta 35 pesos la unidad, que los medicamentos están prohibidos para los pobres, que los pobres ya no pueden consumir carne, y que los precios de los combustibles, están estancados.
Por otro lado, el tribunal de elecciones, es decir, la Junta Central Electoral (JCE) está siendo arrastrada por los actores políticos, incluidos el presidente Luis Abinader, que desde los primeros días de haber asumido el mando, dejó ver la ropa interior de su reelección.
Mientras, la JCE zozobra en medio del oleaje al destape de los partidos que aspiran escalar a la presidencia, y que nadan en el mar de la violencias en un proceso de recomposición guiado por un ¿extraño? bajo la sombra de los rangos.
Hablando claro, no se explica que en nuestro país haya un extranjero dizque de comisionado de Policía.
A modo de ejemplo, parecería que en Santiago, la presencia de comandantes estorba. ¿A quiénes? . Eso deben decirlo los cibaeños. Pues la verdad es que en esa plaza un general dura menos que una cucaracha en un gallinero. Llegan como leones y salen como mansas golondrinas.
Mientras tanto, ¿Cuántos muertos van desde antes, durante y después del secuestro y asesinato de Julio Peña Rubio?
Y si el gobierno y la Policía dijera la verdad de los hechos delictivos que ocurren en el país, ¿qué pasaría?
Na da se ha dicho, por ejemplo, del asesinato del sereno de Mélido Pérez (ex lanzador de grandes ligas) y del robo en su casa, en Haina.
Ni de un comerciante que fue asaltado y quemado en su casa de La Ureña, en Santo Domingo Este.
¿Sorprendió el robo en Santiago a una tienda perteneciente al diputado Elías Báez (PRM-SDE)? Que va gallo, que va.
Sin embargo, agentes policiales liquidaron a 6 supuestos o reales delincuentes, en un abrir y cerrar de ojos, dando a entender el oficialismo un endurecimiento contra quienes violen la ley.
Y como lo ubicaron para ejecutarlos, ¿por qué no lo ubican para apresarlos?
Por ejemplo, en El Salvador las cárceles están llenas de delincuentes… Y no hay muertos.
Sectores bien informados, sectores a lo interno de la propia Policía, e incluso, allegados al Ministerio de Interior y Policía, atribuyen el incremento delincuencial a la existencia de conflictos internos entre altos miembros policiales del entorno del mayor Alberto Then… ¿Y faltan insignias para fabricar más generales?
No es que ellos manden a delinquir. No, eso no es. Lo que en la Policía hace falta es gerencia. Un gerente capaz de unificar a los policías. Que sea duro, pero no abusador. Que persiga a los delincuentes, no a los policías. Que encierre a los delincuentes, sin violentar la ley.