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Evangelio: San Lucas 12,13-21
Lunes 23 de Octubre 2017.
Evangelio:
En aquel tiempo, uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?». Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas». Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: ‘¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha’. Después pensó: ‘Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?’.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios».
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
MEDITACIÓN:
Salud y paz.
¡Cuantas divisiones y hasta muertes ha producido la codicia y ambición por los bienes materiales, la vanidad de amontonar! Odios y divisiones de familias, ruinas de naciones, sufrimientos de todo tipo.
La vida es un soplo. Se va en instante. ¡Qué necedad es querer aprisionar las cosas que definitivamente dejaremos aquí el día de nuestra partida definitiva: el día de la muerte.
Cuando nos corresponda la salida de este mundo y abordemos el transporte para la realidad eterna, vayamos ligeros de equipajes, sólo llevemos las cargas de un corazón generoso y sin odios ni envidias, la caridad y misericordia, las obras de bien a favor de todos los seres humanos, y por supuesto, el amor de Dios.
¡Feliz jornada de hoy lunes! Bendiciones.
P. Arístides Jiménez R.