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La Epístola de Pablo a Filemón, conocida simplemente como Filemón, es uno de los libros del Nuevo Testamento cristiano. Es una carta escrita por el apóstol Pablo, mientras se encontraba prisionero, junto con Timoteo, y dirigida a Filemón, figura importante de la iglesia de Colosas.

Es probable que Pablo haya escrito la carta cerca del 62 d. C. aproximadamente en la misma época que escribió Colosenses y Efesios.

La carta trata de los temas del perdón y la reconciliación. Pablo no se identifica a sí mismo como un apóstol con autoridad, sino como «prisionero de Jesucristo», llamando a Timoteo «nuestro hermano», y tratando a Filemón como «colaborador» y «hermano». Onésimo, un esclavo que se había apartado de su amo Filemón, regresaba con esta epístola donde Pablo rogaba a Filemón que lo reciba como un «querido hermano».

Filemón era un cristiano acomodado, (Pablo lo llama «nuestro querido amigo y colaborador» en Filemón 1:1) de su ciudad, Colosas. Esta carta es la más corta de las atribuidas a Pablo, consta sólo de 445 palabras y 25 versículos.

Sobre su autenticidad, aunque existen sobre ella «objeciones serias», la «Carta a Filemón» pertenece al conjunto de las epístolas «probables», lo mismo que la «Epístola a los colosenses», de la que se considera un apéndice. A su juicio, si la Epístola a los colosenses es falsa, también la misiva a Filemón lo es, aunque esta última sea calificada por él como «una pequeña obra maestra», pues, «pocas páginas tienen un acento de sinceridad tan pronunciada».

La mayoría de los estudiosos consideran la Epístola a Filemón dentro de las siete cartas indudablemente escritas por san Pablo.

Martín Lutero, en su traducción de la Biblia al alemán (1534), señala el amor cristiano como el tema fundamental de la «Carta a Filemón» y así lo explica en su introducción:

“Esta epístola nos da un ejemplo magistral y tierno del amor cristiano. Vemos cómo san Pablo toma partido por el pobre Onésimo y, con su mejor habilidad, defiende su causa ante su amor. (…) Lo que Cristo hizo por nosotros ante Dios Padre, lo hace san Pablo por Onésimo ante Filemón. Porque Cristo se despojó a sí mismo de sus derechos y logró conmover al Padre con amor y humildad, y así el Padre descartó imponer sus derechos y su ira, y nos recibirá en su seno gracias al favor de Cristo, que defendió nuestra causa y tomó partido por nosotros completamente. Todos somos sus onésimos si creemos».

Víctor Martínez te invita a leer la Epístola de Filemón, se que te será de mucho crecimiento espiritual.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Yolanda Logroño.

Hasta la próxima.

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