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JCE, fracaso del voto automatizado

El país ha quedado atónito, cuando el presidente de la JCE, Dr. Julio C. Castaños Guzmán, informó a la nación, que se suspendían las elecciones municipales, por inconvenientes y trastrueques (dolosos agregamos) que no pudieron ser superados en las primeras horas de la mañana de este día, 16 de Febrero del 2020.

No sólo el asombro se anida en la población, sino también la indignación propia de quienes decidieron apostar a la civilidad y a la vida democrática y encontraron un “valladar” que ha impedido el sufragio universal de los dominicanos

Reportes cibernéticos, afirman que nuestro territorio ha sido atacado ferozmente por agentes intrépidos y pérfidos, denominados “hackers” para torcer el proceso electoral dominicano, como dato preliminar.

Antecedente Histórico

Los municipios y sus elecciones son la expresión más legítima de nuestra incipiente nación

Los padres fundadores de la dominicanidad, en la primera Constitución de República Dominicana, conceptualizaron y lo instituyeron como instrumento democrático y de participación popular para la inclusión social.

¿A quién beneficia el crimen cibernético perpetrado este 16 de febrero, 2020?

Como estudioso de la ciencia penal y conocedor de sus escondrijos, lo primero que surge ante la situación electoral, es preguntarse ¿a quién se beneficia y qué ulteriores propósitos animan las torceduras y maquinaciones de la madrugada del 16 de febrero, que han hecho fracasar la celebración y conteo de las elecciones municipales? 

Ahí reside el anatema y la discusión, en lo adelante será determinar quiénes minaron las bases de las elecciones o bien “el código fuente” que ha permitido graves errores y dislocaciones inexcusables

Un tranque político causado por un crimen electoral

Evidentemente que el tranque ha ocurrido y como jugamos dominió, el tranque ha ocurrido “con todas las fichas del domino afuera y jugando a uno”.

Es la primera vez que el juego de dominó “lo trancan los jueces de valla (la JCE)” en la historicidad, después de la caída de la Era de Trujillo, y los reclamos de “los jugadores del frente opositor, “han hecho detener el juego democrático, sin contar las fichas ni contar los puntos de los contrarios.

Intervención extranjera y observadores internacionales

Recordando a mi tío Ramón A. Font Bernard Briñez, me atrevo a parodiar, como si fuese “una nota de sus sabatinas”, que los entresijos políticos de hoy, no distan del “concho Primo” del ayer político criollo.

Y me hubiese dicho en su peña política, de la cual abrevé tanto, que se trata de los mismos dominicanos que ambicionan el poder político y económico y no quieren soltarlo.

Y claro, me hubiera agregado, como un buen puntilloso, R. A. Font Bernard, que lea las inusuales declaraciones del jefe de la Aplicación de la Ley INL, Sr Patrick Ventrell, del Buró Internacional Antinarcóticos del Departamento de Estado de USA, del pasado Viernes 14 de febrero, donde con un dedo acusador y enfático, advierte que: “EE.UU. tiene mucha información sobre el narco en RD y están decididos a usarla”.

Lo que ocurre ahora, que las elecciones no tienen que ser intervenidas por los soldados y policías, con armas largas, sino que en esta época moderna, los similindruños de la política, actúan con ciberataques, como ocurrió hoy y malograron “la fiesta de la democracia”, que anunció el presidente de la JCE , quien no comprendió los señalamientos de los partidos de la oposición, con mucho tiempo de anticipación (el ex presidente Leonel Fernández se lo advirtió en múltiples ocasiones) y que pudieron ser el anticipo del fraude colosal que hoy se ha cometido, “sin pitos y sin flautas”, para la desgracia de nuestra vida democrática y la institucionalidad democrática de la República Dominicana

Hoy nos han haitianizado, aunque les duela a los vecinos y sus legatarios internos.

Hoy los conspiradores de la Patria de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y Caamaño, han logrado resquebrajar la Nación, creando esta crisis política grave, que pone en juego nuestro sistema democrático y “en forma pugnaz apunta a un callejón sin salida”.

Nos quieren igualar al vecino haitiano, que no tiene elecciones creíbles e imparciales, por eso los dominicanos vamos a sobreponernos y vamos a salir adelante, con la Virgen de Altagracia en la fe de la República, para evitar la manida frase intervencionista: “Porta bien o porta aviones”.

Lo peor y de mayor penalidad política que le puede ocurrir al PLD y su gobierno, es hacer perecer las instituciones y provocar una intervención militar extranjera con la mascarada de la OEA, como pude ver en mi juventud, la ocupación militar de 1965, que de ocurrir sería en toda la Isla, por la falta de gobierno haitiano (desde hace meses).

Sería el entierro político y la sepultura para siempre de una generación que ha traicionado a la nación, por su peculado y corrupción, que los americanos hoy enrostran y nos advierten el día de la amistad y el amor.

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