La salud y problemas de senectud, obligaron al presidente Joe Biden, a recular y desistir en reelegirse.
Cualquiera pensará que hacia los internos del partido Demócrata, algunos poderosos funcionarios se oponen a que la vicepresidenta tome las riendas dejadas por Biden, y además de su vicepresidente, se convierta en la candidata presidencial de esa organización.
El razonamiento no deja de tener lógica, al observar las declaraciones del ex presidente Barak Obama, que sugiere la búsqueda de un candidato extraordinario.
Así, de hecho, se estaría descartando a Kamala Harris. Sin embargo, debemos recordar, que en caso de que el presidente Biden deje también la Casa Blanca, antes del proceso electoral, Kamala asumiría el mando.
Entonces, mientras el partido Demócrata busca el candidato extraordinario como sugiere Obama, el magnate neoyorquino capta la atención de los votantes.
¿Cómo buscar en la jungla de cemento, en apenas días, a un potencial contrincante para Donald Trump?
Ahora se recuerda al ex vicepresidente de Bil Clinton, que al aspirar, desde las estructuras del poder, bloquearon las posibilidades de Al Gore.