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Kershaw puso números históricos en Juego 1 de Serie Mundial
LOS ANGELES.- Ante 54,253 aficionados en el Dodger Stadium-el mayor público para un partido del Clásico de Otoño en 14 años-Clayton Kershaw tuvo un debut de ensueño el martes en el Juego 1 de la Serie Mundial por Los Angeles contra Houston, tirando 7.0 entradas de tres hits, una sola carrera y 11 ponches.
«Me sentí bien», expresó Kershaw, quien mejoró a 3-0 con efectividad de 2.96 y 27 ponches en tres aperturas de esta postemporada. «No sé si se puede diferenciar un partido de playoffs de uno de Serie Mundial. Con la adrenalina, cada juego se siente más magnificado. Pero definitivamente, se siente bien decir que fue la Serie Mundial y que estamos arriba 1-0».
El único daño que se le hizo a Kershaw fue un cuadrangular solitario de Alex Bregman, en el cuarto episodio.
El manager de los Dodgers, Dave Roberts, elogió la fineza de cada uno de los lanzamientos de Kershaw, tres veces ganador del Premio Cy Young de la Liga Nacional y Jugador Más Valioso del Joven Circuito en el 2014.
«La profundidad del slider, el comando de la recta, la recta cortada por la puerta de atrás y la curva», comentó Roberts. «Creo que (el martes) fue la primera vez en mucho tiempo que hemos visto todos esos pitcheos en sintonía. Estaba tirando la bola donde necesitaba y donde quería».
Los 11 ponches de Kershaw fueron la mayor cantidad para un lanzador abridor en una Serie Mundial desde que lo hizo el Salón de la Fama, Randy Johnson, en el Juego 2 de la edición del 2001. Y es el total más alto en un Juego 1 desde que el también inmortal de Cooperstown Bob Gibson puso el récord de todos los tiempos para cualquier partido del Clásico de Otoño con 17, en el primer choque de la Serie de 1968.
Todo eso lo hizo Kershaw contra los Astros, el equipo que anotó la mayor cantidad de carreras de Grandes Ligas y se ponchó con menos frecuencia durante la temporada regular del 2017.
«Hizo pitcheos de calidad», dijo el segunda base de los Astros, el venezolano José Altuve. «No fue nada fácil. A veces hay que quitarse la gorra y ése fue el caso (el martes)».
Como lo ha hecho tantas veces en una brillante carrera de 10 años con los Dodgers, Kershaw puso el tono desde el montículo y fue una verdadera carta de triunfo. El resultado fue la primera victoria en un partido de Serie Mundial para Los Angeles desde 1988, cuando los Dodgers derrotaron a los Atléticos en cinco juegos para coronarse campeones.
«(Houston) es un equipo bien talentoso, y fue grande que él se fuera arriba (en los conteos), los mantuviera fuera de balance y trabajara a los bateadores en todos los cuadrantes del plato.
«Fue una noche especial para Clayton».