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La bella y los enmascarados

Por Augusto Álvarez

La rueda de prensa de la Dirección Nacional de Control de Drogas, casi siempre obligan a recordar a los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer.

Los prisioneros, a su entrada a la Policía Nacional, eran preguntados, para «interrogarlos» ¿cuál prefiere? de las macanas enganchadas.

Al responder el prisionero que con Ninguno, ese el nombre del bate con el cual se le interrogaba.

Inmediatamente el prisionero se ponía en manos de la justicia, la misma granada y el mismo revólver reforzaban el expediente policial.

¿Y por qué conectar a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) con la vieja práctica de las administraciones reformistas?

Simple, mientras la vocera del organismo informa, dos figuras que dan  la impresión de haber sido talladas en granito, armadas y con un resguardo facial, custodian.

Difícil creer que la presencia de dos agentes, se reedite en cada información que ofrezca la agencia, además dentro del bunker ¿a quién temen? ¿A los reporteros?

La vocera de la entidad muestra la novedad, las cámaras se activan, sin que el rostro de ningún agente aparezca.

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