La división, ahora parece tocarle al PLD
Por Augusto Álvarez
SANTO DOMINGO, R.D.- El primer requisito para una división, es juntar a más de dos dominicanos en cualquier proyecto político, social o de otra naturaleza.
Por ejemplo, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se partió, o lo rompió el profesor Juan Bosch, con la navaja de Caracoles.
Eran momentos difíciles, tan difíciles que la nueva organización tenía que tocar puertas con lo que se conocía con el nombre de «esfuerzo concentrado» para cubrir sus compromisos organizativos.
En los días de Playa Caracoles, justo cuando nace el PLD, los dirigentes eran seres normales, con los cuales se podía tratar, dentro de la Casa Nacional, o una farmacia cercana. Era una organización aún no corrompida.
Nudos de corbatas
El fatídico expediente de las divisiones siguió su agitado curso, cuando por escaso margen, el PRD perdió las elecciones.
Fue entonces cuando se destapó la olla de entrenamientos entre el ingeniero Miguel Vargas y el agrónomo Hipólito Mejía.
Desde ese momento, se inicia un trasiego de dirigentes hasta la formación del PRM, y el adelgazamiento de un PRD dializado constantemente.
Correr el riesgo
Ahora ha llegado la hora del PLD, sin la navaja de Caracoles, que partió al PRD, entonces ¿el nombre clave es «El Transitorio».
La historia del PLD, desde hoy quien sabe hasta cuando, habrá que escribirla desde un lugar meno alto, que la acrofobia tiende a crear problemas visuales…y de nervio.
Todo parece indicar que las fieras no se asustan por los rugidos del León, sin embargo, ¿habrá respuesta?
