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La PN necesita una reestructuración sin politiquería

La velocidad de un soldado con el instrumental de combate a su espalda, es de 4 kilómetros por hora. ¿Cuántas personas conforman el equipo para la reforma policial?

La formación profesional de los comisionados, ¿quién podría cuestionar -salvo excepciones? Pero, ¿hasta dónde fisgar?

Antes de trabajar en el interior de las estructuras policiales, aunque se trate de una pregunta tonta, ¿hasta dónde podrán meter las narices los comisionados?

Lógicamente, carecerán del poder de un fiscal especial, al estilo Estados Unidos, y hasta es posible, desde los primeros momentos, superdotados profesionales, abandonen la encomienda.

Lógico, resulta entender que los comisionados, para aplanar las piedras en la Policía Nacional, sin disponer de autoridad al estilo los fiscales en Estados, donde nadie podrá evitar que se investigue.

Intelectuales, macos y cacatúas que por la cantidad de dicho colectivo, tendrán que seguir implementando la virtualidad, aunque pronto algunos abandonen la misión.

Representando los dogmas religiosos, harán lo mismo que Agripino Nuñez, y es que después de que agentes policiales ejecutarán al matrimonio de pastores, ¿qué hacen los religiosos entre los comisionados?

Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos trató de que el papa participara en la Conferencia de Yarta, y el gobierno ruso preguntó, ¿cuándo hombres armados integrará el religioso? Esto es la guerra.

Los que están para relanzar (maquillada) al cuerpo de orden público ¿conocen el terreno que pisan? Mientras tanto, ¿quién dio la orden en Villa Altagracia de exterminar a los pastores con armas no convencionales de la Policía? ¿Improvisaron un retén sin tener una orden en una autopista como la Duarte?

La Policía Nacional es un mal necesario, hay que redireccionarla. Presenta las mismas características en todos los países del mundo. Ahí están los asesinatos de los policías en Estados Unidos y en ningún momento se habla de destruirla.

Lo que la Policía necesita es, primero, que los políticos saquen sus manos de la institución, y luego, una reestructuración, donde se respete su escalafón y los ascensos se hagan correctamente.

Mientras los políticos tengan sus manos dentro de la PN, la PN seguirá siendo la misma.

La situación cambiará en la Policía, cuando sus miembros sean verdaderamente dignificados, cuando los políticos saquen sus manos de esa institución y cada hombre sea designado en el lugar donde tiene capacidad para ejercer sus funciones, sin improvisación.

Estamos seguros que ninguno de los comisionados, conoce la Policía para trabajar en su transformación.

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