La prisión produce otro presidente
La victoria electoral, aunque apretada, del ahora tres veces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se inserta en el temple formado por la historia, pese a los barrotes de la prisión.
Antes de obtener su primer triunfo electoral, en el 2002, Lula da Silva había fracasado en dos intentos en la búsqueda de la presidencia.
Ahora, 20 años después, y de ejercer la máxima posición del Estado, y con 77 de vida, rompe los barrotes de la prisión, para vencer a un capitán militar, Jair Bolsonaro, un extremista de derecha que durante la campaña recurrió a un lenguaje soez y procaz.
Brasil posee una población que supera los 203 millones de habitantes, y se valora que su economía ronda la cuarta en ésta parte del mundo.
Inmediatamente concluyó la votación, y el conteo se hizo oficial, los presidentes de las grandes naciones procedieron a reconocer la victoria de Lula da Silva, entre ellos Joe Biden, de Estados Unidos, y Vladimir Putin, de Rusia.
También el ex presidente Barack Obama, en su momento, ha valorado ¡y de qué manera! el liderazgo de Lula.
La cárcel, ¿fabrica presidentes?
Tiempos de reflexiones, horas para pensar en solitario de lo que se hizo bien o mal, sería la clave de Nelson Mandela, de José -Pepe- Mujica, y algún que otros.
Ahora llega de nuevo a la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, luego de permanecer 580 días tras las rejas.
Únicamente la gran prensa internacional y sus bocinas, han calificado de izquierdistas a gobernantes populares, como los son Lula, Boric, López Obrador y ¿cuáles más?
Los principales líderes mundiales han saludado la victoria de Lula da Silva, y sin importar el rumbo de su gobierno, la historia sabrá decidir.
Ya se le hizo tarde para el pataleo a Jair Bolsonaro, para seguir los pasos de su maestro, el ex presidente Donald Thump.