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La reforma policial no se vislumbra

El presidente Luis Abinader y el director de la Policía, Alberto Then

 

Por Tomás Aquino G.

– Y 2-

Cuando el presidente de la República, Luis Abinader, comenzó hablar de reforma policial, creíamos que, ¡por fin!, habría cambios a lo interno de la Policía Nacional. La vida de los policías cambiaría y con ello, la actuación de las ovejas negras, porque la mayoría son buenos agentes.

Pensábamos en que la sociedad tendría una verdadera institución del orden, preventiva y comunitaria, aunque en cierto modo, represiva.

Pero, a medida que pasaban los días y que se seguía hablando de reforma, nos dimos cuenta de que todo era buchipluma na’ mas.

Esto, porque dentro de la llamada “Comisión de Reforma” no había ni un policía, y nadie puede reformar una institución, tan delicada y complicada como la Policía, si no la conoce a lo interno.

Para conocer la Policía Nacional hay que haber convivido muchos años dentro de la institución. En materia de seguridad, no se puede improvisar, y la Policía es una pieza importante entre los organismos que tienen que garantizar la seguridad nacional.

Es cierto que la Policía necesita una verdadera reforma, como también la necesitan todas las instituciones, civiles y militares, incluyendo la propia Presidencia de la República.

Es un deber del policía garantizar la seguridad, pero también es un deber del Estado garantizar la seguridad del policía.

Y cuando nos referimos a la seguridad del policía, sus buenas actuaciones deben ser reconocidas, sus ardua labor en materia de seguridad, debe ser reconocida.

Es una vergüenza, presidente Abinader, pero es una realidad que no se puede ocultar, aquí los mensajeros que trabajan en instituciones del Estado, recomendados por el partido de gobierno, tienen un salario, mayor que la mayoría de los generales.

En República Dominicana hay un irrespeto hacia el policía, no se garantiza la seguridad del policía. Incluso, cuando un delincuente desenfunda un arma y apunta hacia un policía. Ese policía, para salvaguardar su vida, se ve obligado a disparar contra el delincuente, y al final de la jornada, el policía cae preso y se pudre en la cárcel. En otros países, esto no ocurre así.

Así no se puede… Esto provoca inseguridad y, por esa razón, es que la gente sale a la calle con temor, porque aunque el gobierno y sus organismos quieran negarlo, en República Dominicana existe una preocupante inseguridad, no hay seguridad. Ha sido incapaz de detener las acciones de los delincuentes.

Y esa inseguridad se debe, mayormente, a que actualmente el agente de policía teme actuar con responsabilidad, por temor a caer preso.

Pero, siguiendo con el tema de la reforma, no es verdad que los policías se oponen a una reforma, como se quiere hacer creer, eso es una falacia. Los policías se oponen a que sus derechos adquiridos, sean arrebatados. Esa es la verdad y los enemigos de los policías quieren hacer creer lo contrario.

Todas las reformas son positivas, siempre y cuando se hagan con un criterio profesional, pensando en la población, no en su futuro político.

La reforma no se logra con el cambio de uniformes, ni pintando cuarteles, ni con ascensos de los amigos del jefe de la Policía y de funcionarios de gobierno. Tampoco entregando la policía a un extranjero, como es el caso de la nuestra.

Eso le ha hecho y sigue haciéndole mucho daño a la Policía. Cuando se pase balance, los teóricos serán responsables de la inseguridad que existe en el país, que cada día es mayor.

Los rangos hay que volver a importantízalos. En República Dominicana no hay espacio y, muchos menos, una población para que haya tantos generales y tantos coroneles.

La cantidad de generales, en la Policía, hay que reducirla al mínimo, no aumentarla como han hecho los diferentes presidentes, incluyendo el actual, Luis Abinader, que ascendió a generales a coroneles que nunca pensaron llegarían a esa posición, porque no acumulaban, ni acumulan, los méritos necesarios. En cambio, algunos eran y son cuestionadas.

Ahí está el fracaso de este y el pasado gobierno. De los últimos cinco jefes policiales, todos han sido cuestionados por su pasado, a excepción de Edward Sánchez Gonzalez, que fue cuestionado por su incapacidad.

Por eso se necesita que la Policía Nacional sea sometida a un correcto proceso de depuración, a una verdadera reforma, pero no la que supuestamente está en proceso.

Otra cosa, para que la Policía avance, los políticos de turno, y estoy hablando en cualquier gobierno, deben sacar sus manos de esa institución, no inmiscuirse en asuntos policiales, ni hacer recomendaciones de oficiales, sin méritos, únicamente porque los usan como muchachitos de mandados. Y esto está sucediendo en la actualidad. Por eso la inseguridad.

Para que haya una verdadera reforma, y esto, creemos, no se ha planteado, es necesario:

1.- Que el policía sea dignificado.

2.- Una depuración de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.

3.- Sacar de la institución a los miembros cuestionados por acciones ilícitas.

4.- Expulsar definitivamente aquellos miembros, que por acciones ilícitas fueron cancelados o puestos en retiro forzoso, y por motivos políticos, reintegrados nuevamente. Y actualmente, existen.

5.- Que el Director de la Policía sea un oficial sin grupo, sin un pasado negativo, respetado y con experiencia.

6.- Que los directores regionales sean designados por capacidad, experiencias y gerencia.

7.- Que los comandantes departamentales sean oficiales con experiencia, con conocimiento de operaciones e investigaciones, cuya conducta no esté ni haya estado en tela de juicio. Actualmente, eso no es así.

8.- Que en cada zona haya oficiales supervisores, con conocimiento y experiencia de lo que es la Policía preventiva y comunitaria.

10.- Que cada oficial, incluyendo generales, previo a su designación en una posición regional, departamental o supervisoría, sea evaluado previamente.

11.- Que los ascensos se hagan por el tiempo reglamentario, tomando en cuenta la capacidad y los méritos acumulados.

12.- Garantizar educación, entrenamientos continuos y profesionalización a cada uno de los oficiales de la Policía.

13.- Que ningún comandante permanezca más de un año en su puesto de trabajo, a menos que las estadísticas y los resultados sean positivos y el índice de criminalidad esté totalmente controlado.

14.- Que al momento de ser puesto en retiro, cada policía reciba sus prestaciones y derechos adquiridos sin ningún tipo de obstáculos. Actualmente, han sido engañados por el gobierno. No han recibido nada.

Todo esto garantiza que la sociedad disfrute de una policía garante de la seguridad.

De nada de esto se habla en la llamada reforma policial, que por dondequiera que se observa, se ve demagogia, porque en el papel lo que se busca es destruir a la Policía Nacional, y eso, sí se está logrando.

 

VEA: 

https://relampagoinformativo.net/2022/07/19/la-reforma-policial-un-mito/

 

 

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