Las criaturas del General
Por Augusto Álvarez
La búsqueda de la escoria humana que cohabitan en la sociedad, no habría sido difícil cuando se es producto de monstruos.
Aún así, para el nacimiento de la banda anticomunista, fue necesario un oído receptivo, un subproducto humano conocedor de un entorno en el cual transitó escasos momentos.
Difícilmente se podrían comparar a los bandoleros que diezmaron a la izquierda revolucionaria de la época, con los fascistas italianos, pues éstos últimos podrían ofenderse.
Un «revolucionario» de la universidad, en un abrir y cerrar de ojo, es quien recluta, en el fango, algunos debiluchos militantes, los pone a picar, los arma y a cazar izquierdistas.
El negro general se mostraba altamente feliz por las criaturas demoníacas y revestidas de poder para exterminar a opositores al régimen del presidente Joaquín Balaguer.
Fue tal el poder de los miembros de la banda, que hasta llegaron a sustituir a los investigadores de la Policía Nacional.
El mago, es decir, el presidente Joaquín Balaguer, decidió confrontar la brújula, cambia a militar por militar en la jefatura policial, es decir destituye a Enrique Pérez y Pérez, y pone al general Ney Nivar Seijas, quien da el jaque mate a la Banda Colora’.
Da la impresión de que muchos generales no llegaron a conocer al mandatario detrás del presidente, en especial Pérez y Pérez, quien luego regresó por fracción de horas como jefe policial.
La leyenda de la banda anticomunista es parte de la historieta de un mandatario, el doctor Joaquín Balaguer, dos generales y una caricatura de izquierda, nativo de San Pedro de Macorís.
El rumor público refiere que una vez Presidente Antonio Guzmán, se enteró que en el antedespacho se encontraba el general Pérez y Pérez, y reaccionó incomodo gritando «sáquenme eso de ahí”.