Los judíos de Adolf Hitler
Globalidades
Por Damián Arias Matos
La Unión Europea tiene leyes, vinculantes para todos los estados miembros, que sancionan con multa y prisión el necesario revisionismo histórico del tema del holocausto, o la muerte de unos seis millones de judíos, durante la segunda guerra mundial y el Tercer Reich.
Por ello, el intelectual y librero barcelonés Pedro Varela fue arrestado y cumplió condena, le clausuraron la Librería Europa, de su propiedad, y se incautaron de miles de libros y, especialmente, de una edición suya, comentada, de Mi Lucha, Mein Kampf, de Adolf Hitler.
Es posible que nadie haya dicho o publicado que más de un 85 por ciento de los judíos aniquilados en las cámaras de gas y en los campos de concentración de Treblinka y Dachau, eran legalmente ciudadanos alemanes y, en casi todos los casos, la alemana era la única nacionalidad que tenían, porque eran judíos, pero no israelitas, ya que el emblemático Estado de Israel, no había sido proclamado todavía, por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en noviembre de 1947. Otros judíos que habitaban Alemania eran checos y polacos, entre otros países.
Antes de la fundación del Estado sionista, en mayo del 1948, la nación judía estaba esparcida por todo el mundo y la génesis del conflicto interminable entre Israel y Palestina, tiene su punto más caliente en el sentido de que la Resolución de las Naciones Unidas, 131 bis, que proclama dos estados, o un Estado y una Autonomía, porque no se reconocen entre sí,nació mal, con el fantasma de la división irreconciliable, porque los territorios que entrega a Israel y a los Palestinos no son estrictamente los territorios bíblicos.
Inmediatamente fue proclamado el Estado de Israel, la ONU tuvo que enviar su primera Misión de Paz, al Sinaí, en 1948. David Ben Gurion, el cachorro de león, primer primer ministro del nuevo estado hizo la proclamación el viernes 14 de mayo, en los actos sagrados de recibimiento del Sabbath, o sábado, único día santo. Otro hito importante de su creación, y reconocido por historiadores judíos del más alto nivel como el Doctor Schlomo Sand, catedrático de la Universidad hebrea de Jerusalén, autor del libro La Invención del Pueblo Judío, es que esa génesis fundacional, mientras era un Mandato británico, estuvo manchada de sangre, y estuvo marcada por el trabajo programado de bandas terroristas sionistas, como el caso de la explosión en el Hotel King David, de Jerusalén el lunes 22 de julio de 1946, dejando 91 muertos y 46 heridos.
Ben Gurion, que el rango militar más alto que alcanzó fue de Sargento, fue primer ministro de 1948 a 1963, con una pausa entre 1953-1955, que se fue a un Kibutz, en el Neguev, a sembrar papas y otros vegetales, para servir, como él mismo declaró, de ejemplo e inspiración para los jóvenes israelitas. Desde antes de ser Estado soberano, durante el mandato británico, los judíos pagaban doble carga de impuestos, por un lado para los ingleses, y por el otro su aporte o diezmo para la formación y financiamiento del futuro estado, por ese régimen financiero milenial, no hay un solo judío pobre en el mundo.
Aunque no fue el primero, el más grande reto del estado de Israel fue, sin duda, la guerra de los 6 días, que comenzó el lunes 5 de junio de 1967, en la que, la República Árabe Unida, entonces nombre oficial de Egipto, Siria, Jordania e Irak, trataron de borrar del mapa al pequeño estado, que, aunque ya tenía capacidad nuclear, prefirió derrotar a sus enemigos con el uso de estrategias y tácticas inteligentes y el empleo de armas convencionales. Entonces, extrañamente, su primer ministro Levi Eshkol, y su ministro de defensa, Moshé Dayan, planificaron y aplicaron el concepto alemán de la guerra rápida y de aniquilación, o Bligskrieg, porque no podían darse el lujo de una guerra larga de desgaste, eran inferiores en territorio, población, armamentos, tecnología, tropas, capacidades y nivel de desarrollo que todos los enemigos que enfrentaba, y aun así, vencieron, logrando ampliar el territorio señalado por la Resolución de la ONU, apropiándose de la Franja de Gaza, la Península del Sinaí, Cisjordania, y los Altos del Golán. Israel es, y se ha mantenido como el único estado de Oriente Medio con capacidad nuclear, desarrollaron su programa en secreto, no se sabe cuántas ojivas dispone, tal vez unas 400, ni detalles del desarrollo y mantenimiento de su arsenal nuclear, además de poseer misiles intercontinentales, ICBM.
El nombre de holocausto le fue dado por los mismos judíos, y se refiere a una de las siete ofrendas, Korban, del sacrificio del culto judío, suspendido desde la rotura del velo al morir el Cristo, y se caracteriza porque la víctima propiciatoria completa es pasto de las llamas, no se aprovecha ni se puede comer ninguna parte del animal sacrificado, contrario a las otras ofrendas del sacrificio diario, a las del día de la expiación o Yom Kippur, y a las ofrendas de paz.
Pero, se habrán preguntado ustedes, porque si en la actualidad la población judía son algo más de 16 millones, más de ocho millones en Israel, con una superficie menor que Haití, y el resto esparcido por todo el mundo, mayormente en Estados Unidos, porque razón había tantos judíos en la Alemania de 1933 al 1945, a que se dedicaban, que labores e investigaciones académicas y científicas aportaban al Estado Nazi, a la administración de las finanzas nacionales, a la gestión, en una palabra, del milagro alemán y la recuperación económica, esplendor y desarrollo a que llevó la nación cuna de Richard Wagner, Goethe y Von Bismarck, el fuhrer Adolf Hitler. Nos preguntamos.
La realidad es que Hitler, quien al rango militar más alto que llegó fue a Cabo, Geffraite, del Ejército austríaco, de quien se ha comprobado que tenía sangre judía y era un fino pintor a la acuarela, la técnica más difícil, tuvo en su formación política e ideológica a los judíos. Esto puede sonar a sacrilegio, y no pocos, sin investigar los datos históricos y cegados por la propaganda, rasgaron sus vestiduras. Lo cierto es que hay una tal vez espantosa similitud entre la doctrina nacionalsocialista de Hitler, contenida en Mi Lucha, que es, sin dudas, su testamento político y su credo ideológico, y las doctrinas del judaísmo y la historia misma del pueblo judío, es decir, la superioridad racial y la lucha por el territorio o espacio vital, liebenraum, de Hitler.
Cabe citar un autor muy recomendable, el hispano Joaquín Bochaca y su obra Los Crímenes de los buenos, para conocer el peso de la propaganda y la importancia de que los vencedores de una guerra publiquen, y echen a correr una narrativa que les sea favorable, los presente ante el mundo como los buenos, mientras que los malos son los vencidos.
Si la Alemania Nazi era tan cruel, como en efecto creo que lo era, por que había tantos judíos viviendo, trabajando en el sector privado y en el Estado alemán, estudiando y haciendo vida en ese país, y me contesto, porque eran muy buenos y excelentes administradores de empresas, honrados, celosos del capital y bienes puestos bajo su responsabilidad, y que vivían en armonía con sus conciudadanos alemanes.
El 15 de septiembre de 1935, Hitler asumió en enero de 1933, fueron promulgadas, aprobadas a unanimidad por el Reichstag o congreso alemán, las llamadas Leyes de Nuremberg, redactadas, con la aprobación de Hitler, por Wilhelm Frick, Ministro de Interior del Reich, describían la pureza de la sangre de la raza aria y, paradójicamente prohibían toda mezcla racial de los alemanes con los judíos, aspecto que es fundamental, no en la raza germánica sino en la etnia judía, que considera al resto del mundo como Goim o perrillos y no se casa con nacionales de otros países a menos que sea varón tenga una gran fortuna y se convierta al Judaísmo, la fe racial por excelencia. Las nuevas leyes de fundamentalismo anti racial, luego de casi 80 años, fueron promulgadas por el actual presidente de Ucrania, Vlodomír Zelenski, que prohibió hablar ruso, cerró canales y medios de prensa prorrusos, aunque él terminó de aprender el dialecto provenzal ucraniano, siendo presidente. Hitler, desaparecido del escenario desde el 30 de abril de 1945, y aún arrastra imitadores.
Ese sectarismo histórico-religioso de los judíos, fue lo que no le dejó más remedio, por la privatización de la fe y la ortodoxia judías, a los pueblos árabes a crear otra cosmovisión, otra doctrina, otro dios y otra religión monoteísta, como respuesta inevitable, al exclusivismo judaico. El islam nace casi siete siglos después de Jesucristo, el 16 de julio del 622, ymás de cuatro mil años después del judaísmo. Igual tuvieron que hacer los habitantes de la India histórica, con el hinduismo, y los chinos, sin dioses ni religión formal, ya que, por limitaciones de comunicación y transporte, no fueron colonizados doctrinalmente con la tradición judeo cristiana, tal como se conoce en Occidente.
En el resto del mundo, el Estado Vaticano se encargó de diseminar el cristianismo. Durante la invasión a las tierras americanas, de 1492, conocida como el descubrimiento, estaban incluidos religiosos, sacerdotes y frailes, para que la colonización fuera completa, y poner bajo el mandato papal, las nuevas tierras. Tomando en cuenta que el Imperio español había logrado poner un Papa español, para que cuidara sus intereses, Alejandro VI, el Papa Borgia, quien era sobrino del antiguo papa Calixto III, el primer Borgia en el Vaticano. En 1517 comienza la Reforma protestante y, más que ser un parteaguas, un cisma del cristianismo, logra aumentar la nómina de fieles no católicos, al Evangelio. La religión es poder y no hay poder sin religiosidad formal y manifiesta.