Mantengamos firmes la esperanza
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Hoy la Iglesia Católica celebra el segundo domingo de Adviento, preparando los caminos para recibir al Señor. Es un momento apropiado para pedirle al Creador esa fuerza para convertirnos y recibir la Palabra de Dios en nuestros corazones, por eso, hoy Dios nos llama a la conversión.
Para alcanzar el Reino de los Cielos, debemos vivir con justicia y con paz, ayudando siempre al prójimo y sintiendo la felicidad que nos da ser verdaderos hijos de Dios.
Estos son días en los que debemos fiarnos más que nunca de la Palabra de Dios, manteniéndonos firmes en la esperanza. Isaías 11, por ejemplo, nos anuncia un reino de paz que se convertirá también en señal de salvación para los pueblos, esto podemos verlo en el salmo 71, con la visión que nos muestra del Reino prometido, es aquí donde debemos convencernos de que si en algún momento de nuestra vida, hay tinieblas y vacío, debemos invocar al Padre que de seguro vendrá a nosotros a traernos nuestra paz.
Víctor Martínez te exhorta a repetir hoy: “Dios mío, que en tus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.” Preparémonos pues para la venida del Señor en nuestras vidas, tal como nos invita San Pablo en Romanos 15:
“Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda estar de acuerdo entre ustedes, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”
Juan el Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento, muy respetado por el Islam, anuncia con valentía la venida del Mesías y nos llama en Mateo 3, a dar frutos de una sincera conversión, necesaria en toda época de renovación evangélica. Él nos ofrece bautizarnos con agua para que nos convirtamos, reconociendo que el que viene detrás de Él nos bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Ojalá todas las creencias, religiones, filosofías, un día estemos de acuerdo, para que unánimes, a una voz, tal como nos dice San Pablo, alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios bendiga sus hogares.
Este mensaje ha llegado a ustedes gracias a la Fundación Farach.
Hasta la próxima.