Muere a los 87 años el veterano y polémico político italiano Silvio Berlusconi
ROMA
El veterano político italiano, fundador y líder permanente del partido Forza Italia (Adelante Italia), Silvio Berlusconi, murió a la edad de 87 años, informó este lunes Corriere della Sera.
Berlusconi, tres veces primer ministro de Italia y dueño del imperio mediático Mediaset, el hombre que revolucionó las telecomunicaciones y atravesó cientos de escándalos legales y personales, murió en el hospital San Raffaele de Milán a causa de las distintas complicaciones cardíacas que arrastraba.
A principios de abril, tras ser hospitalizado por neumonía, se descubrió que el empresario nacido en Milán, padecía leucemia mielomonocítica crónica.
En ese momento, Berlusconi pasó más de un mes en el Hospital San Raffaele de Milán antes de ser readmitido el 9 de junio.
Berlusconi siempre ha sido un opositor acérrimo del comunismo y un defensor del modelo capitalista liberal.
Sin embargo, bajo su liderazgo, el Grupo de los Siete se expandió para convertirse en el G8 con la participación de Rusia.
Berlusconi desarrolló una relación personal con el presidente ruso Vladimir Putin a través de años de reuniones de alto nivel.
Silvio Berlusconi tenía cinco hijos y estaba casado en la actualidad con Marta Fascina, de 33 años. Era la figura más influyente del último cuarto de siglo en Italia.
Berlusconi fue imputado en numerosas ocasiones por prostitución de menores y escuchas ilegales, se investigaron durante años sus vínculos con la mafia y el dudoso origen de su fortuna, precisamente relacionado con la Cosa Nostra. Se pavoneó sin rubor de sus amistades con dictadores, alentó el transfuguismo, que convirtió en un modus vivendi de los parlamentarios, contó chistes inaceptables a la luz de la actual corrección política y retorció la Constitución y las leyes italianas como le convino en cada momento.
Al final,empero, fue condenado solo por fraude fiscal, una pena que le costó la inhabilitación política y que marcó el inicio de su decadencia.
Pero hasta el último día de su vida, incapaz de señalar a un sucesor en un partido condenado a extinguirse con él, influyó en transformaciones políticas como el reciente ascenso de Mario Draghi a la presidencia del consejo de ministros de Italia. E incluso su derrocamiento.