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Murió un grande entre los grandes

Por Augusto Álvarez

La salud fue quien decidió punto final a un lobo de mar que, durante su existencia, rodó de aquí para allá envuelto en su uniforme.

Se trata del vicealmirante en retiro Rubén Paulino Álvarez, quien fuera secretario de las Fuerzas Armadas, 1996/1993.

Del exmarinero sabemos que a sus 72 años, fue emboscado por la salud, en un centro médico y ahí perdió la vida.

¿Cómo fue este general?

Como militar y como funcionario público fue un hombre honesto a carta cabal.

Fue comandante del Departamento de Narcóticos de la Policía, siendo marino; Comandante de M-2 de la Marina de Guerra, director general de Control de Precios, subjefe de la Marina de Guerra… son lugares en donde el militar nadó, en tierra firme, y aunque la frontera y las funciones públicas eran frágiles, este hombre de mar, siempre salió airoso, con la frente en alto.

Es considerado uno de los hombres más honestos de la Marina de Guerra. Díficil, alguien pueda pisar, donde él piso.

Joaquín Balaguer lo designó como primer presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), pero no llegó a asumir esa función, pues los promotores de la creación de ese organismo, preferían a Rafael Peralta Guerrero y pidieron su designación.

De Paulino Álvarez, hay muchas cosas que decir, ¡todas buenas!, pues nunca se dejó torcer  el pulso de la corrupción.

Si en algún momento el general tomó decisiones contrarias a tu cálculo, entonces «no pregunte por quién doblan las campanas, ven y acompáñanos a rezar.

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