Obstrucción vial y delincuencia
Por Augusto Álvarez
Los constantes taponamientos en vías primarias, sin la existencia de una salida de desahogo, nos obliga a preguntarnos ¿tendremos solución?
En la salida del 9, de la ruta hacia el Cibao, la hora pico es un infierno, mientras la impresión es que parecería existe una competencia con la ruta del Sur.
Al carecer de visión, la búsqueda de una solución no está entre las prioridades oficiales, y ello se evidenció en el entorno de la Junta Central Electoral (JCE), las protestas y las primarias.
Quizás donde la obstrucción vial luce ¡ligeramente! menos afecta, sea en los vehículos que se desplazan a la región Este, desde el Parque Enriquillo, aunque desde la zona oriental hacia el Distrito Nacional, es todo un caos.
[Lo cierto es que en materia de tránsito, el Gobierno (representado por el INTRANT y la DIGESETT) echó para atrás los proyectos que, en el pasado reciente, dieron frutos positivos, haciendo más fácil el desplazamiento vehicular por las principales vías, a través de corredores especiales, que hoy están siendo reclamado, nueva vez y a grito, por choferes y conductores.]
En dicha parte, los tarantines en mitad de las calles, así como el mal estado de las mismas y los vehículos sobre las aceras, fortalecen el cao vial.
¿Se está trabajando para hacer más seguras las actividades de estas navidades? Si el desplazamiento en las proximidades de la Duarte con Paris constituye un solo cao ¿qué solución se contempla?
La falta de una adecuada política para dar respuesta a un transporte eficaz se aprecia hasta en los taponamientos en el Malecón.
Siempre a la espera de que en las principales vías, parecería ser la idea que prime en las autoridades.
¿Cuál sería la respuesta oficial, en caso de una gran tragedia, si el sistema del 911, con bomberos, ambulancia y policía no puede moverse?
Deficiencias que no hacen dependiente de un chepazo capaz de librarnos de una muerte segura, y en el menor caso, llegar a un centro de salud, donde te preguntarán ¿tiene con qué pagar?