Pandilleros quemaron a sus víctimas antes de arrojarlas al mar
Muerte de su hijo, víctima de brujería desató la ira de un jefe criminal
PUERTO PRÍNCIPE, Haití
Cité Soleil, una comuna enormemente pobre y densamente poblada, ubicada dentro del territorio de Puerto Príncipe, hoy llora sus muertos, sin poder reclamar justicia.
En este país, las bandas criminales son una especie de ley, batuta y constitución, donde trazan sus propias pautas y los más fuertes aplican su propia justicia.
Y eso fue lo que ocurrió en las masacres de Cité Soleil, donde la muerte de su hijo, supuestamente víctima de brujería, desató la ira de un jefe criminal, y el resultado de la venganza criminal fue 184 muertos y numerosos heridos.
Las autoridades han contabilizado 184 muertos, hasta el momento, señalando que hay numerosos heridos, algunos graves, que podrían aumentar la cantidad de víctimas mortales.
Se ha informado que en las masacres del pasado fin de semana, en la empobrecida ciudad de Cité Soleil, fue un místico ajuste de cuentas que, de acuerdo con las autoridades, estaría vinculado a la muerte del hijo del líder pandillero, Monel Félix.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) considera que esta matanza fue el resultado de una venganza personal, liderada por un jefe de una pandilla de criminales, convencido de que la enfermedad mortal de su hijo estaba relacionada con prácticas de brujería.
La matanza comenzó el viernes, en el barrio Wharf Jérémie, en la comuna de Cité Soleil, en Puerto Príncipe, capital de Haití.
La RNDDH señala que las personas mayores que practicaban el vudú fueron, especialmente, las atacadas por los criminales, versión que también fue reconocida por otra organización de derechos humanos y por ciudadanos de la comunidad de Cité Soleil.
Entre las víctimas, casi 130 tenían más de 60 años, según Naciones Unidas.
De acuerdo con el informe, los pandilleros quemaron los cuerpos de sus víctimas antes de arrojarlos al mar.
Según la RNDDH, la matanza habría sido ordenada por el líder de la pandilla de criminales, Monel Félix, que es conocido como Micanor Altès y/o Rey Micanor.
De acuerdo con testigos, Rey Micanor reaccionó sumamente violento, cuando un sacerdote vudú, supuestamente le dijo que el vudú era responsable del estado de salud de su hijo.
El hijo de Micanor, finalmente, murió el sábado por la tarde.
Según los reportes, el líder pandillero, tras recibir la información del sacerdote vudú, se hizo acompañar de un pelotón de elementos, todos criminales, armados de machetes, cuchillos y pistolas, dirigiéndose hacia la zona, que posteriormente se convirtió en escenario de muertes y dolor.
Los ataques comenzaron el viernes por la tarde y fueron dirigidos, principalmente, a casas de practicantes de vudú.
En algunas casas murieron tres, cuatro, cinco y hasta seis personas, según señalaron autoridades y defensores de los derechos humanos.
Al final de las masacres, se contabilizaron decenas de muertos y heridos, entre ellos, numerosos jóvenes moto-taxistas, que fueron asesinados a tiros cuando intentaban rescatar a residentes del empobrecido sector haitiano.