Perú tiene un Congreso ¿impoluto?
¡Irónicas y risibles!, vistas a distancias, lucen las declaraciones de Keiko Fujimori dadas en respuestas al presidente de Colombia, Gustavo Petro, pues la hija del vampiro peruano entiende que el jefe de Estado colombiano tiene la nariz roja.
Obviamente, la Fujimori ha sido consecuente con el Congreso de extrema derecha de su natal Perú, el cual ha declarado persona “no grata” al gobernante colombiano. Un Congreso cuestionado por todos los sectores y que el país reclama su cierre.
Además, ese mismo congreso ha acusado y condenado al ex presidente Pedro Castillo por corrupción, ¿en los meses que siendo un prisionero de los militares ejerció el Poder Ejecutivo que no pudo ejecutar?
Es importante que la pantalla que ejerce la presidencia, Dina Boluarte, se tome el tiempos en medios de sus ¡quehaceres! y revise el final de los últimos 40 años de la historia de su país y sus gobernantes.
Pese al poco tiempo de figurar como Primera figura de la nación, aparece detrás de Fujimori en número de muertes en espacio y tiempo.
¿Se tienen estadísticas de los asesinatos ordenados por la administración del ex presidente Pedro Castillo? Eso es difícil.
Pero, resultará interesante conocer los nombres de las víctimas de la represión imputada al «maestro rural», cuya hoja de vida no está empapada de sangre como la del ingeniero Alberto Fujimori, y mucho menos, a menos que no se la falsifiquen, de corrupción, como la propia Keiko Fujimori, y sus negociaciones secreta con Odebrecht.
Conforme la historia, Perú reclama de un Congreso que no responda a intereses ajenos a los que emanen del propio pueblo, y las movilizaciones se orientan hacia el logro de unas autoridades que respondan al contenido de la época.