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Policía, cambio, tragedia y semáforos… ¡Cógelo, Picante!

Buenos días…

La calidad de la educación sigue en baja, pese al 4% que recibe ese sector del Presupuesto Nacional.

Sigue el griterío de padres que no encuentran en qué escuela inscribir sus hijos, y no precisamente por falta de cupo, sino, por la inseguridad en algunas escuelas.

Parece que la Policía escolar no está cumpliendo para la misión que fue creada.

Pero también sigue el griterío por la mala calidad del llamado desayuno escolar.

Los dominicanos dicen que ese desayuno únicamente es bueno para los extranjeritos, pues son los únicos que lo encuentran sabroso.

La calidad del servicio eléctrico pasó de mal en peor, y la tarifa, altísima.

No hay día en que los productos farmacéuticos dejen de subir, las alzas no se detienen.

Los precios de los productos de la canasta familiar, suben y suben, y esa cosa que se llama Pro Consumidor… ¡Bien gracias!

En este país, todo está cambiando, pues cada día hay más haitianos en las calles, en los barrios y en los pueblos.

Los semáforos de muchas avenidas se apagaron, y el director de la DIGESETT no se enteró.

Por cierto, al director de la DIGESETT, cuando se le preguntó la razón de que los semáforos estaban apagados, dijo que lo desconocía.

Un curioso preguntó que si esos eran los semáforos viejos que pintaron de negro para vendérselo al Estado como nuevo, e inmediatamente les respondieron: ¡Ay, yo no sé no…! Pregúntaselo a Hugo Beras.

De toda parte, llueven las quejas sobre la inseguridad, el auge de los hechos delictivos. ¡Y nada!

El presidente Luis Abinader debe tomar el toro por los cuernos, debe hacer los cambios internos necesarios para sacar la podredumbre de la Policía.

La Policía es una institución digna, necesaria, que es respaldada por importantes sectores de la sociedad, pero, actualmente está muy mal dirigida.

Otra cosa, personas con pasados vergonzosos, ligados a actos de corrupción, jamás deben dirigir los destinos de la Policía Nacional.

Lamentable el trágico suceso ocurrido en la provincia de Azua, un accidente de tránsito que enlutó al país, que demostró, una vez más, que en nuestro país no hay seguridad vial.

Un camión cargado, transitando a exceso de velocidad y en vía contraria.

Un bar, un negocio de bebidas alcohólicas abierto, fuera de horario. ¿Y la seguridad, dónde está no que no se ve?

Esperen, nos llaman desde Higüey, nos invitan a recorrer ese municipio de la provincia de La Altagracia, donde nos dicen que haitianos armados andan pa’ arriba y pa’ bajo, y sin control.

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