Punta Catalina, un pasado doloso y un futuro incierto
Por Augusto Alvarez
Nos gustaría saber la posible opinión del experto Ramón Alburquerque, de lo que se está cocinando en un litoral oficial que, de comenta, busca donar a Punta Catalina al sector privado.
Y si esa información es una realidad, ¿la donación, es por amor al arte?
Si llega a cocinarse el fideicomiso, al Estado le iría peor que el atraco legal que implicó para el pueblo dominicano el «peaje sombra».
Pese a que voces del oficialismo (que a la hora final reculan) desmienten lo referente al fideicomiso, la CDEEE se mudaría hasta con las escobas de mayordomía como partes de lo que habría de dar en donación el Estado a los posibles receptores, concretamente, al sector privado.
El Estado no adquirió los terrenos donde ahora está Punta Catalina, hasta luego de que la misma fuera una realidad, y así, el valor de cada metro de tierra se disparó en un 400 por ciento.
Tras lo dicho por el presidente Luis Abinader, en España, relativo al fideicomiso, el “golpe” al Estado está en camino.
De Punta Catalina pasar al sector privado, eso significaría que habrá ¡borrón y cuenta nueva! Para los oscuros negocios que ocurrieron allí, en el pasado doloso, donde se habla de hasta de 42 millones de dólares en soborno.
Pero, además, nunca sabremos cuánto costó la obra cumbre, de la que se dice, lleno muchos bolsillos y seguimos pa’ lante.
Quienes esperábamos la contratación de una empresa, preferiblemente norteamericana, para auditar lo que sucedió en Punta Catalina, nos pelamos, porque no veremos a nadie, dando vueltecitas, de un lado para otro, allá, en la ciudad de Najayo.