REFLEXIONES: Aprende a escuchar las dos campanas
Hola amigos, ¿qué tal? Es esta una frase muy común, “aprende a escuchar las dos campanas”, utilizadas en un pueblo donde a la gente les encanta dar campanazos, hablar de los demás, chismosear, murmurar, juzgar, contar lo sucedido a su manera, en fin, acabar con la gente.
La verdad que lo mejor es no escuchar el sonido de ninguna de las dos campanas, al final que te importa la vida de cada cual, si usted tuvo su conflicto con el otro vaya y resuélvalo y no lo esté sazonando como quien busca aprobación, por saber en el fondo que las cosas podrían ser diferentes.
Víctor Martínez tiene por costumbre no permitir que nadie hable mal delante de mí de otras personas, sobre todo si la persona es mi amiga, “lo lamento, pero delante de mí no se habla mal, ni se desacreditan personas que yo amo”, esto por lealtad y respeto a la persona humana. Cuando se trata de extraños, distraigo la atención del tema o me aparto de ahí.
Nos dice el Señor en Proverbios que: “El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos. “La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta.”
Nuestras palabras deben servir de edificación y de bendición para quienes las escuchan, como nos dice el Padre.
Dejémonos pues de disgustar a Dios, utiliza tu verbo para glorificarlo y cuando alguien venga con los comentarios innecesarios, pregúntale ¿en que nos edifican tus comentarios?, y si se trata de conflictos recomiéndale resolverlo con amor, como un verdadero cristiano.
Hasta la próxima.
