REFLEXIONES: Cuando votar es un pecado
Hola, amigos, ¿qué tal? Dios mío no quisiera hacer nada que te ofenda, que vaya en contra de los principios cristianos, que sea perjudicial para los más necesitados que tu tanto defiendes.
Si apoyo la corrupción, si acepto un candidato cuyos fondos son turbios, si elijo personas cuyas riquezas no se justifican porque han hecho sus fortunas con el dinero del pueblo, si apoyo un candidato porque voy a estar pegado, por beneficios personales y no de la comunidad, entonces soy cómplice, si recibo un cheque todos los meses sin trabajar, para acallar mi conciencia y darle el voto, soy un cómplice pecador.
Definitivamente votar, de manera desacertada, para mí, es vender los valores y principios, tranzar con lo malo, lo deshonesto, ser cómplice, ayudar a cometer los delitos con el silencio, pero para muchos es mejor no ver las cosas así.
¿Cómo es que los cristianos nos prestamos para este circo? ¿Acaso no debemos elegir a un candidato honesto, aunque no me reporte ganancias personales? ¿Es que somos tan poco inteligentes que nos dejamos engañar con falsas promesas? ¿Somos ciegos, sordos, mudos?
Víctor Martínez reconoce que votar es un deber, una obligación y que todos debemos ejercer el derecho al voto, pero no olvidemos que en Marcos 9:43-47 el Señor nos dice: “si tu mano derecha te hace pecar córtatela, más vale entrar manco al reino de los cielos que con tus dos manos al infierno”, evita ser cómplice, cuida tu mano al votar.
Hasta la próxima.ç