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Víctor Martínez: 37 años como diácono

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Hoy es un gran día para Víctor Martínez, y deseo compartirlo contigo mientras caminamos.

En el año 1985, hacen ya 37 años, decidí ordenarme de diácono, claro después largos años de estudios, incluyendo los estudios realizados fuera de la Escuela de Diáconos.

Apenas con 33 años se llevó a cabo la ordenación, ha sido un camino muy difícil, con muchas espinas, como los del cielo, siempre me dediqué a predicar contra el demonio, pues a los ministros no les gustaba mucho el tema, sin embargo a todos los jóvenes de la época, en escuelas y colegios, mis famosos retiros le daban muy duro a las fuerzas del mal, en mis prédicas en los cañaverales de Villa Mella, en las cárceles, parroquias, principalmente la del Buen Pastor, que fue mi gran obra junto a la comunidad.

Hablar de las fuerzas del mal, energías negativas, pecados y todo lo que nos pudiera alejar de Dios, era para mí el día a día, tenía que vivir al acecho, huyendo a las tentaciones, cayendo muchas veces y quedando atrapado en el desánimo, la desmotivación y el quererme alejar de mi misión, esto, sobre todo, cuando descuidaba mi espiritualidad.

Fue entonces cuando aprendí a fortalecerme, a ser más coherente, a no sentirme tan seguro de mí mismo, que me llegué a creer que podía subsistir sin la presencia de Dios, que podía vencer el mal con toda mi sabiduría, con el poder de la palabra y con mi espíritu batallador, pero no, estas son cosas mayores.

En esta caminata de hoy, quiero dejar muy claro en tu corazón y en tu mente, que el éxito del mal, es precisamente hacerle creer a la gente que no existe, que es una utopía, un cuento o leyenda, sin embargo, hoy más que nunca está presente en nuestro mundo, elaborando las más sofisticadas de las pornografías, las formas más sutiles de llenar las mentes de nuestros jóvenes de basura, llevándonos a un mundo de ansiedades, depresiones, vacíos, donde el dinero es su mejor aliado, lo material es el caramelo revestido de lujo, placer, satisfacción que nos arranca la espiritualidad. Hoy, pandemias, guerras, corrupciones, promiscuidades, abortos, etc, son sus grandes obras para la perdición de la humanidad.

Llámale diablo, satanás, belzabú, demonio, pecado, fuerzas del mal, invento, como tú quieras, pero ahí está al acecho, protégete tu y los tuyos orando mucho y haciendo de Dios el centro de tu hogar, de tu vida.
Hoy doy gracias a Dios, por haberme elegido para cumplir esta misión diaconal que me ha tocado en este mundo.

Hasta la próxima.

Víctor Martínez, hace 37 años (1985) fue ordenado como diácono por Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez.

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