REFLEXIONES: Nadie es profeta en su propia tierra
Hola amigos, ¿qué tal? Ezequiel 2 me recuerda un escenario muy propio de nuestros tiempos, la humanidad rebelde, negando las cosas de Dios, ofendemos todos los días al Señor con nuestras actitudes y comportamientos, gente testaruda, rebelde y obstinada por todas partes y el Señor siempre en medio de nosotros, a nuestro lado, le hagamos caso o no.
Como siempre, habrá un grupo, los menos, cuyos ojos estarán siempre puestos en el Señor, esperando su misericordia, como nos dice el salmo 122, a ellos les basta su gracia, pues su fe inquebrantable, les demuestra que su fortaleza se forja en los momentos de debilidad, tal como nos lo dice la segunda carta de san Pablo a los Corintios.
Negar a Dios, su presencia en medio de nosotros, no reconocer sus obras, despreciarlo en el mundo de hoy, es no aceptar los milagros que podría hacer por nosotros frente a la enfermedad, es cierto tal como nos lo dice el evangelio de san Marcos de hoy, que nadie es profeta en su propia tierra.
Como continuemos con tanta falta de fe, tanta incredulidad y no dejándonos tocar por Él, QUERIÉNDOLO SOMETER AL DISTACIAMIENTO SOCIAL DE LA PANDEMIA, sin dejarle imponer sus manos sobre nuestros corazones, estaremos perdidos.
Víctor Martínez te invita a quitarte la mascarilla permitiéndole al Señor ver tu rostro, déjate abrazar por Él, para que toque tu corazón y te llene de su amor.
Hasta la próxima.