REFLEXIONES: Semana de Aniversario
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Pasarse una semana celebrando un acontecimiento es algo muy común entre las personas, siempre y cuando dicho acontecimiento amerite ser celebrado tan intensamente.
Hay diferentes formas de celebrar, dando gracias a Dios, con una hermosa celebración en la Iglesia, ahí es difícil que la gente te acompañe, aun cuando le invites, haciendo una cena especial, donde posiblemente ningún invitado va a faltar o una gran fiesta en la que te van a sobrar invitados, pues siempre hay quienes llegarán acompañados, otros prefieren compartir en una reunión estrictamente familiar, ¡ah!, y hay quienes celebran en la intimidad de su corazón porque no quieren coro.
De todas maneras, vivimos en unos tiempos donde el distanciamiento social, te obliga a celebrar con humildad y lo más aislado posible.
Si al cumplir año, es tu primer año, tus 15 años o un cumple significativo por caer en los ta, como treinta, cincuenta, setenta, noventa, la gente tiende a celebrarlo con mayor algarabía.
De la niñez y juventud ni hablar, son los mejores tiempos; en los años 20, 30, se viven los momentos más felices, pues la gente tiene metas, proyectos y estos planes los entusiasman y le dan deseos de vivir, lo mismo pasa de los 70 en adelante, pues el ser humano, siente la satisfacción del deber cumplido, se desprende de las cosas materiales y empieza a vivir su día a día, por entender que le queda menos en el planeta, quien sabe, quizás 10, 20 o 1 año.
La edad media 40, 50 y pico, no es que no sean felices, pero es la más complicada, la productividad, las responsabilidades, cierto temor al futuro, embarga a los seres humanos, muchos empiezan a vivir las experiencias de la partida de sus padres y abuelos, los hijos crecen y se van, en fin, es una etapa llena de altas y bajas.
Víctor Martínez piensa que sin importar cuántos años cumples y cual etapa estas viviendo, lo primero que debes hacer es dar gracias a Dios por los años vividos, celebrar junto a Él y poner en sus manos lo que te quede por vivir para que te ilumine el camino que has de seguir.
Hasta la próxima
