REFLEXIONES: Y dale con la felicidad
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? Y dale con la felicidad, tengo una amiga que no acepta, mi expresión: “Soy el hombre más feliz del mundo”, pues considera que eso no es verdad, que es imposible y que debo tener una carga de penas y tristezas que no pueden permitir que eso sea verdad.
Cuánto me apena mi amiga, eso podría ser señal de su poca espiritualidad y de la falta de visión para ver una dimensión que va más allá de las simplezas de la vida.
Cuando hay inmadurez en nosotros permitimos que las frustraciones, experiencias de vida desagradables del pasado, tragedias, metas sin alcanzar, problemas del diario vivir, se apoderen de nuestro estado de ánimo, convirtiéndonos en personas inseguras, traumadas, infelices, ansiosas, etc.
Víctor Martínez ha vivido la partida de sus padres, muy triste por cierto, ha vivido experiencias amorosas difíciles muy traumáticas, ha superado momentos de enfermedad, ha tenido que dar cambios significativos en sus negocios y formas de productividad, en fin, ha sufrido traiciones y decepciones de personas, son muchas las experiencias desagradables vividas, sin embargo, aunque en esas ocasiones me ha invadido la tristeza, siempre hay un traje de foca, para que esa tristeza me resbale y no permita que penetre en el lugar donde solo cabe la presencia de Dios y la acción del Espíritu Santo.
Si, “Somos Templos vivos del Espíritu Santo”, ese lugar sagrado, que está en mi alma y corazón, le pertenecen a Dios, y aunque tienen entrada las personas que amo, ahí no caben la tristeza, ni las fuerzas del mal, que quieran venir a desestabilizarme.
Amiga, mi felicidad no depende de las cosas materiales, ni de las personas, ni situaciones, sale de adentro impregnada por las energías, la luz y el amor del Espíritu Santo, aunque usted no lo entienda y apueste a mi infelicidad, seguiré siendo hoy, mañana y siempre, el hombre más feliz del mundo.
Hasta la próxima.