Segundo magnicidio contra Trump
La sociedad norteamericana no sale del estupor y del escándalo
Este 16 de septiembre de 2024, domingo, alrededor de la 1:30 de la tarde, en el club Privado de Golf en West Palm Beach, del estado de la Florida, por segunda vez el presidente Donald Trump, fue objeto de una tentativa de asesinato, cuyo principio de ejecución, fue repelido a tiempo por los servicios de seguridad, de acuerdo a las declaraciones iniciales, del director interino del servicio secreto americano, señor Ronald Rowe.
Un americano, fanático de los demócratas, pro guerra y a favor de Ucrania, llamado Ryan Wesley Routh, de 58 años, se ocultó en el recinto deportivo, donde el presidente Donald Trump, en forma privada, transitaba del hoyo cinco al hoyo seis, donde trató de esperarlo.
El elemento fue sorprendido por los servicios de inteligencia y fue tiroteado, abandonando la posición de acechanza en contra del presidente Donald Trump y dejando abandonado una metralleta AK- 47, unos teléfonos y unos ladrillos, según informaron en rueda de prensa, el fiscal del distrito Lapointe, junto al jefe del Buró de Inteligencia Federal (FBI) en Miami, Jeffrey B. Veltri.
El sospechoso fue detenido gracias a la intervención de una tercera persona, testigo que vio escapar al fallido criminal y fotografió la chapa de su vehículo, lo que facilitó identificarlo y las autoridades poderlo perseguir y detener, con dos cargos criminales: uso de arma ilegal y prohibición de uso, por antecedentes de robo y armas destructivas
El asesino sospechoso estuvo a 600 millas del presidente Donald Trump, de acuerdo con las primeras indagatorias y el servicio secreto pudo observar el arma homicida y le disparó con legítima defensa, para preservar por segunda vez, la vida del candidato presidencial del partido republicano.
La pregunta de todo investigador, se plantea, cómo este asesino llegó al lugar 12 horas antes, de acuerdo a lo que indica la investigación preliminar que fue divulgada en televisión extranjera, y cómo este individuo, supo que el presidente Donald Trump, a esa hora y ese día, estaría en ese club privado de Golf, sobre todo, 50 días antes de las elecciones del 5 de noviembre de 2024.
La zona está totalmente cerrada y los organismos de inteligencia, junto a las autoridades locales de West Palm Beach, están realizando una inspección detallada de todo el territorio, ya sea en busca de nuevos indicios graves, serios y concordantes, ya sea en procura de cómplices y cualquier otro artefacto que pueda causar daños de mayores consecuencias, no sólo al presidente Donald Trump, sino a la comunidad.
En síntesis, de todo lo que se ha dicho y narrado por los investigadores en su inicio de reunir pruebas, el presidente Donald Trump logró escapar de un nuevo magnicidio, debido a que los agentes de servicio secreto atacaron el objetivo en el hoyo 6 e impidieron el ataque de asesino, que se encontraba en una posición ventajosa para eliminar al presidente Donald Trump, y con ello, la candidatura del partido republicano en las próximas elecciones norteamericanas.
Ya el 13 de julio de 2024 el presidente Donald Trump, alrededor de las 2:00 de la tarde, salvó la vida milagrosamente, y aunque fue levemente herido en la oreja, y gracias a la misericordia de Dios y sus instintivos giros dramáticos, en el poblado de Butler, Pensilvania.
Los disparos del joven norteamericano, de 20 años, quien respondía al nombre de Chuck schumer, quien fuera abatido a tiros tras perpetrar el crimen en contra del presidente Trump, alcanzaron al bombero Corey Comperatore, quién salvó la vida de sus familiares, pero murió en el escenario, al igual que otros militantes del partido republicano.
El anterior crimen de magnicidio, le costó el cargo a directora del servicio secreto Kimberly Cheatle, por la falta de una labor proactiva y protectora, que se evidenció en Butter-Pensilvania.
De nuevo los norteamericanos recuerdan el asesinato a mansalva de que fue objeto el presidente John F. Kennedy, en 1963, y ahora con el giro político, tras el candidato Robert Kennedy pasar a sumar sus votos al partido republicano y a la candidatura del presidente Donald Trump, en un acto público y notorio, que tendrá un peso específico, a la hora de las reñidas elecciones, que apuntan la victoria del presidente Donald Trump.
De nuevo cabe preguntarse, si el presidente Trump ha vuelto a salvar su vida en forma predestinada y ha vencido el azar de la intriga y el crimen premeditado, pudiendo repetir de nuevo el concepto de que Donald Trump se aguijanta como un candidato presidencial, que constituyen un instrumento del destino manifiesto de la nación norteamericana.
Los norteamericanos, divididos en estas elecciones en un 50%, podrían declinar sus desavenencias frente al crimen organizado y frente al crimen de Estado, qué significa, matar a un candidato a la presidencia con profundo arraigo en el pueblo americano y a pocos días de celebrarse las elecciones.
Un magnicidio en contra del presidente Donald Trump, podría traer una hecatombe a la sociedad norteamericana, y sobre todo, en estos momentos en que el candidato Donald Trump ofrece la paz mundial, la reorganización social y moral del pueblo norteamericano y la tradición de los padres fundadores del pueblo norteamericano, para enfrentar la gran crisis social, el grande deterioro de la violencia en las escuelas y en las calles y el límite de la migración irregular inducida y perturbadora de los valores de la tradición cristiana en los Estados Unidos de Norteamérica.
El presidente Joe Biden ha declarado que en la sociedad norteamericana no hay lugar para la violencia política, y asimismo se ha manifestado la candidata Kamala Harris, quienes se han desvinculado de dicho crimen en medio de la campaña electoral, desaprobando la acción criminal.
La verdad de los hechos, en política, en este momento de la campaña electoral, se manifiesta, en que cualquier logro porcentual que haya representado favorablemente a la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, se ha desmoronado y se ha perdido en el electorado, con este nuevo crimen de magnicidio, donde el presidente Donald Trump, esta vez fue mejor protegido y menos expuesto, que la primera vez, donde la diosidencia lo mantiene vivo, como candidato a triunfar en este próximo cercano torneo electoral, donde quisieron conjurarlo en el torneo de golf de Mar-a-Lago.