Trujillo: 1961-2022
Sangres de figuras y figurines
Por Augusto Álvarez
En medio de la noche oscura del sanguinario régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina, se deben separar a las figuras que estuvieron vinculadas a su ejecución de las que se lucraron del Estado, a raíz de su caída.
Durante los años del tirano, él (Trujillo) era el Estado, pues el empresariado en realidad no existía, salvo algún que otro testaferro designado por su régimen.
Los fabricantes de ron y azúcar, coexistieron a la sombra del trujillismo, ¿Cómo lo lograron?
También, Luis Amiama Tío (participante en la trama que ejecutó al dictador) poseía la empresa de transporte La Cigüeña, y hasta otros pequeños propietarios sobrevivieron. ¿Cómo?
En una dictadura sanguinaria, el presidente es el Estado. De ahí que todo lo que fue propiedad de Trujillo, con su desaparición, en lugar de ¡fabricar! dueños, el Estado heredó todos los bienes.
De orden extranjera, la carabina San Cristóbal y los revólveres Enriquillo se extinguieron, así como las fábricas de clavos, papel, la de Vodka.
El dictador tenía farmacias y también ferreterías… todos era se él, salvo la fábrica de sombreros de los que usaba Cheche Abreu.
La leche Pangola y el chocolate Trópico tenían que desaparecer, al igual que el salchichón Cami, ¿Quiénes reemplazaron esos establecimientos que muerto Trujillo pasaron al Estado?