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Hay tembladera y nerviosismo en RD por el triunfo de Trump

El magnate de NY ni como cuento ni cree en relajo y le molesta el hedor a drogas

 
Buenos días…

No hay dudas, ya Donald Trump tiene su triunfo en el bolsillo derecho de su pantalón.

¡Hay pánico! En República Dominicana y en otros países, que dicen ser democráticos, donde importantes funcionarios gubernamentales y legisladores han sido reiteradamente vinculados al narcotráfico.A Trump le molesta el hedor a estupefacientes y no quiere ver ni en pintura a figurines vinculados al narcotráfico.Por cierto, ya el detective del Cibao, ¡perdón!, internacional, porque tiene  olfato dondequiera, Ángel Martínez,  había advertido que si ganaba Donald Trump, había tembladera, pánico o nerviosismo, en ciertos sectores políticos dominicanos.La verdad es que don Ángel Martínez tiene un “jodido” olfato que mete miedo. Para lo que no lo crean, es un verdadero pulpo de la investigación, porque mete sus tentáculos en importantísimos organismos estadounidenses, y de otros países, para poder azotar a los delincuentes.  

Y desde luego, cuando hizo la advertencia, se refirió a ciertos figurines políticos que estarían metidos hasta el tuétano en negocios con el narcotráfico.En esa ocasión, Donald Trump advirtió que cuando vuelva a ser presidente, la política oficial de Estados Unidos será acabar con los cárteles de las drogas, tal como acabó con ISIS, un grupo terrorista islámico.Imagínense a Trump identificando a los principales cárteles de las drogas como organizaciones terroristas extranjeras, y diciendo que tienen filiales en República Dominicana.El presidente Luis Abinader no tiene mañana, debe barrer  hoy con quienes lo hicieron firmar el reintegro del coronel Adolfo Sánchez Pérez, expulsado de la Policía, en el año 2010, por estar vinculado al narcotraficante boricua José David Figueroa Agosto.Tremendo error del presidente Abinader haber autorizado, firmado ese reintegro. Si el jefe de Estado no es cómplice de ese reintegro, entonces debe aplicar machete y gillette contra quienes le metieron perro por chivo. Advertencia: Aunque lo eche para atrás, como debe ser, esa medida no tendría valor ni importancia si el presidente no destituye a todos los involucrados en esa atrocidad, ahora con Trump como presidente de Estados Unidos, que no come cuento ni cree en relajo. Sin lugar a dudas, los clavitos en el zapato de Abinader serán Hipólito Mejía, en República Dominicana,  y Donald Trump, en la tierra del Tío Sam.A Donald Trump no le van a meter gato por liebre, haciéndole el cuento de que en la República Dominicana se combate la corrupción y la impunidad, y mucho menos, hablarle de la cómica “reforma” policial.Imagínense, que al presidente Trump le hagan llegar el informe de que en la Policía dominicana se hicieron cuatro auditorías, que todas arrojaron malversación de fondos del Estado, entiéndase que hubo desfalco o corrupción, y en vez de procesar a los responsables de esas acciones dolosas, el presidente Abinader lo premió.Y para colmo, su Ministerio Público es un fiasco, y el Ministerio de Interior y Policía, bajo la tutela de Faride Raful, transitar por el mismo camino que su antiguo incumbente, Chú Vásquez, premiado como cónsul de la República Dominicana, a pesar de su desastrosa y criticada gestión.  
Podríamos decirle al presidente Abinader,  pero lo dejaremos para después, que su gobierno en materia de transparencia, ha hecho, porque son igualitos, las mismas bellaquerías de los regímenes de Danilo Medina. No procesa a los corruptos de su gobierno.Recuerden cuando Danilo Medina dijo, entre ellos al embajador de EE.UU., que le mostraran los casos de corrupción, y miren donde están sus hermanos.Milagros Ortiz Bosch presentó a la Procuraduría 40 casos de corrupción en el gobierno de Abinader, y el Ministerio Público ni lo miró. ¿Y entonces…? 
¡Eh más! En materia de corrupción  e impunidad, estamos peor que cuando Danilo Medina y hasta la Acción Pública parece haber desaparecido del Código Procesal Penal. 
Pero, gracias a Dios, se mantiene el artículo 49, de la Ley No. 76-02, y el que tenga ojo, que vea, y oído, que oiga. Los crímenes son imprescriptibles.  

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