AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
“Yo voy a Misa”, dicen muchos como queriendo mostrar su firme fe al visitar al Señor todos los domingos. Yo voy a Misa, pero echo apenas una moneda en la ofrenda porque no le voy a dar mi dinero a las cosas de Dios.
Yo voy a Misa, pero ignoro al mendigo que está a la puerta de la Iglesia esperando una limosna. Yo voy a Misa, pero soy incapaz de visitar a los abuelos un domingo, invitarlos a pasear, compartir con ellos, ya que están ansiosos y desesperados por ver a sus nietos.
Yo voy a Misa, pero pago salarios tan injustos a mis empleados. Yo voy a Misa, pero tengo un comportamiento tan inapropiado con mi pareja.
Yo voy a Misa, pero maltrato tanto a mis hijos y les doy tan poco amor. Yo voy a Misa, pero vivo juzgando, criticando y murmurando a los demás.
Yo voy a Misa, pero tengo un comportamiento que deja tanto que decir. Yo voy a Misa, pero soy un engreído, altanero, tan poco humilde.
Yo voy a Misa, pero le paso por al lado a las personas y ni las saludo, ni sonrío, ni asumo un gesto de cortesía, sobre todo a los que me sirven o son más necesitados que yo.
Una vez le pregunté a mi tía mamá Ana si seguía asistiendo a su nueva Iglesia Evangélica para la cual se cambió y me respondió que no, pues ella salía de la Iglesia sin casi poder caminar y todos los hermanos le pasaban en sus autos por al lado, le decían bye, pero nadie se paraba para preguntarle si quería que le encaminara, ella se preguntaba ¿y qué tipo de cristianos son estos?, dizque son mis hermanos.
Si estuviera viva le diría, “no se preocupe mamá Ana, que Dios está en todas partes, quédese tranquila en su casa que es ese el mejor lugar para encontrarse con Dios”.
Nos dice Mateo 6:6 “Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará”.
¿Tú vas a Misa, al Templo, te congregas? ¿Para qué? Si tu comportamiento no refleja que llevas a Dios en tu corazón.
Víctor Martínez cree en quienes llevan a Dios en sus corazones y reflejan a través de su rostro y sus acciones que son verdaderos discípulos del Padre, por el amor y la delicadeza con que tratan a los demás, por ser incapaces de hacerle daño a los demás, por ser medidos en su lenguaje al no proliferar palabras obscenas, ni criticar, ni murmurar, ni juzgar.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Daysi Matos.
Hasta la próxima.