¿Esta o no Dios con nosotros?

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REFLEXIONES…

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

La fuerza vital de la fe se nos presenta a través de las imágenes de la sed y el agua, solo quienes sienten sed, tienen una inmensa necesidad de beber agua. Son estos elementos muy cotidianos en el ser humano y de vital importancia.

Hoy, en esta temporada de Cuaresma para los cristianos, se nos presenta la oportunidad de renovar la alegría que solo da el vivir la experiencia del Bautismo en la Pascua de Resurrección.

La sed, símbolo de nuestra doble condición de carentes y deseantes, en todas las áreas de nuestra vida, nos mueve a buscar, a querer saciar esa gran necesidad de amor que sin estar exenta de escollos y contradicciones, nos tientan a dudar de la existencia de Dios y a preguntarnos: ¿Está o no Dios con nosotros?

Si buscamos en San Juan 4 el famoso pasaje de Jesús y la Samaritana y leemos detenidamente el diálogo que hay entre ellos, veremos el modelo de nuestro camino de fe, pues es este un diálogo reparador que nos ayuda a escarbar dentro de nosotros hasta descubrir el manantial que saciará nuestra sed y nos enseñará a ayudar a otros a saciar su sed, de esta manera no solo nos encontraremos con nosotros mismos, sino también con Dios, descubriendo ese manantial de amor que es la vida del Espíritu Santo en nosotros.

Hay en la vida de muchos, áridos desiertos, de sed implacable, ojalá aprovechen la oportunidad de disfrutar del agua viva y abundante, que, ese mismo Dios, que ha vivido la experiencia de sentirse fatigado y sediento, se nos acerca hoy pidiéndonos de beber, pero ofreciéndose como manantial de agua para llenar nuestra vida de gozo y para renovar en nosotros la gracia del Bautismo.

A través de la historia podemos ver diversas circunstancias en la que el agua, en sus diversas modalidades, ha jugado un papel predominante, en la vida del hombre, vemos, por ejemplo, cómo el pueblo, que antes cantaba la liberación de Egipto, blasfema ante la sed del desierto. Pero Dios, con cariño de Padre, hace brotar agua de la piedra. (Éxodo 17).

Las lecturas de hoy están centradas en el simbolismo del agua. El Señor hace brotar agua de una roca, según la primera lectura. El evangelio de Juan afirma que el verdadero “Don de Dios” es el agua viva del Espíritu que Jesús da a quien se la pide. Y Pablo habla del amor que Dios “derrama” sobre el corazón de los creyentes. Siempre que, como nos advierte el salmo 94, no sea un corazón endurecido.

Es esta la razón por la que Víctor Martínez te invita a no endurecer más tu corazón, como dice el salmo, “ojalá decidas escuchar hoy la voz del Señor” y dejar que de tu corazón fluya el amor, el perdón, la paz, que saciarán tu sed.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía de la Fundación Farach.

Hasta la próxima.