Policía Nacional y la gobernabilidad en RD
Por Nicanor Ramírez
Nueva vez nos vemos en la obligación, a través de este artículo, de dirigirnos a la ciudadanía, al pueblo dominicano, y por qué no, al presidente de República, Luis Abinader, aclarando que todas las observaciones y denuncias que realizamos, es convencido de que con ello aportamos al fortalecimiento de la democracia.
Pero además, decirle a nuestro gobierno, y sobre todo a mi presidente Luis Abinader, que no somos anti-gobierno, por el contrario, me debemos a la Constitución y a las leyes del país, y que si él no actúa, será señalado como el responsable de todo lo que acontece en el país.
Sin embargo, no podemos quedarnos callado sobre la realidad actual de esta nación, que es lamentable decirlo, pero no anda nada bien, ya que la corrupción campea por doquier, y entre los mismos compañeros [el autor es simpatizante del PRM] se comenta que en todos los ámbitos de la administración pública, la corrupción es abundante.
Y, a pesar de que se hagan esta y otras denuncias, no se vislumbra ningún cambio ni reacción por parte del gobierno en hacer frente a ella, por el contrario se hace de la vista gorda o como dijo un gran estadista, “sordo y mudo”, aunque se presenten pruebas de los hechos denunciados, como las auditorías ejecutadas en organismos policiales, que arrojaron graves irregularidades y sus comandantes, ni siquiera se atreven a desmentirlas.
Y nos referimos directamente a la Policía, porque durante más de 30 años estuvimos estrechamente ligados a esa institución, y trabajamos para ella, desde diferentes provincias del país, y el Distrito Nacional.
Dentro de los casos denunciados por corrupción, está el de la Policía Nacional, donde la gestión de Eduardo Alberto Then ordenó realizar varias auditorías a las unidades ejecutoras, es decir, aquellas que manejan recursos, como es el caso de la DIGESETT, el Hospital General de la Policía Nacional, POLITUR y el IPE (Instituto Policial de Educación), donde se establecieron serias irregularidades.
De esas irregularidades, no escapa el actual director general de la Policía, Ramón A. Guzmán Peralta, cuando se desempeñaba en la DIGESETT.
Nos apenas tener que decir, que a pesar de las pruebas arrojadas en dichas auditorías [que reposan en poder de RI], este gobierno, presidido por el presidente Abinader, no haya reaccionado, ordenando una investigación, pese a que durante sus campañas electorales prometió combatir la corrupción.
Pero, como si se quisiera defender a los responsables de esas dolosas irregularidades, tampoco la Procuraduría General de la República, la Cámara de Cuentas ni la Contraloría, han accionado ante esas denuncias, convirtiéndose en cómplices de estos hechos, los cuales, al tratarse de crímenes o delitos del erario público, no prescriben, y que sus autores y cómplices, tarde o temprano tendrán que responder ante los tribunales.
Pero, como dicen por ahí, por más que brinquen y pataleen, caerán en las garras de la justicia.
Gravísimo es el comportamiento exhibido por distintos mandos policiales, donde se denuncia que la corrupción impera a toda costa, que hasta para realizar un simple traslado de un raso, se impone un precio como si se tratase de un impuesto obligatorio.
Esto es preocupante, y el presidente debe investigarlo, desde luego, a través del DNI, pues posiblemente, esta sea la causa que no permite que los policías de bien, honesto, no obtengan algún puesto de mando.
El presidente debe saber, porque esto es un secreto a voces dentro de la Policía, que muchos oficiales subalternos, superiores, y hasta generales, no están en puestos claves, por esas y otras razones.
Y si no lo cree, que lo investigue…
Por ejemplo, en Santo Domingo, los organismos de seguridad del Gobierno debieran investigar qué está pasando con la Policía, donde la gente hice que no hay “mando”, que el director regional es un figurín, y que el comandante de uno de sus principales departamentos, habría recibido un vehículo de lujo de manos de un reconocido narcotraficante de esa zona.
Sobre este y otros casos, que están ocurriendo en Santo Domingo Norte, las autoridades del llamado “ministerio Público Independiente”, el alto mando policial y su servicio de inteligencia, no se han dado por enterado.