REFLEXIONES: Adolescente, deja a los adultos con sus problemas
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos ¿qué tal? Te pido de favor que le pongas a tus hijos este mensaje para que lo escuchen
Hola, hoy es el día de los adolescentes, recuerda que los sábados el mensaje va dirigido a ustedes. Deja a los adultos con sus problemas, pues muchas veces los hijos están preocupados, sufriendo, encerrados en sus habitaciones, porque los padres se pelean, por que hablan de un divorcio, porque uno de los dos ha sido infiel y tú lo escuchaste, o tal vez el problema es que papá perdió el trabajo o no sé qué.
Aunque tu seas parte de la familia y a ti también te afecta, tienes que aprender a soltar y dejarlos a ellos que resuelvan sus problemas.
¿Sabes que muchas veces los padres pelean y más tarde cuando se acuestan tienen relaciones sexuales y gozan muchísimo?, mientras tu estas llorando en tu almohada, no te metas en eso, déjalos que resuelvan.
Los adultos tienen la capacidad de resolver sus asuntos y no hay derecho de que tu pierdas tu felicidad, dejar de disfrutar de tu escuela, de tus amigos, de tus diversiones por estar cargando con lo que no te corresponde, es una tontería.
Es más, vámonos al peor escenario, se van a divorciar, no van a dejar de ser tus padres, es preferible que vivan en paz y no en el infierno que están viviendo.
Hijo mío, hija mía, sal de esa habitación y deja de sentir que las paredes se te van encima, tus padres, a pesar de sus problemas se toman sus tragos, se juntan con sus amigos, viven sus vidas y se divierten y tú de tonto sufriendo.
Si es necesario pide ayuda, que te lleven al psicólogo, o acércate al de tu escuela, te recomiendo además que te llene de Dios, quien no es culpable de nada de lo que está sucediendo, ora mucho, aumenta tu fe, lee libros de crecimiento, escucha la música que te gusta, socializa, ejercítate, haz tu vida y suelta a los adultos, y recuerda, en la vida todo pasa.
Víctor Martínez puede ayudarte a sentir la paz que tanto necesitas, a sentirte seguro y a no perder la felicidad que sólo Dios te puede dar, si quieres llámame, conversaremos y oraremos juntos, que Dios a mí siempre me escucha.
Hasta la próxima.