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Dios sí nos habla

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REFLEXIONES…

 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Ayer hablaba de mi adorada hermana, solo los que nos conocen saben el amor que profeso hacia ella y los lazos que nos unen.

Han sido días difíciles, pronósticos pocos alentadores de boca de profesionales competentes del mundo de la neurocirugía, mi hermana debe ser intervenida lo antes posible, una de esas situaciones al parecer de gravedad.

Fue esto para mí un reto, una vez más debo tener un encuentro muy cercano con mi Dios, ese amado Padre que no puedo ir a buscar al Santísimo, por no tener Iglesia, pero mi fe es tan sólida, que, aunque no podía contener mis lágrimas y el temor a perderla me invadió, decidí unirme al salawat, a las cinco oraciones que se escuchan en todo Turquía por los altoparlantes de las Mezquitas, desde el lugar donde me encontraba, Allah me asistía, siendo mi mismo Dios, Padre de Jesús, aquel que derrama su Espíritu Santo sobre quienes lo invocamos. Cinco veces al día, repetía:

“Ven Espíritu Santo derrama tu Gracia sobre mí, fortaléceme en esta prueba y permite que Allah, el Padre Dios y su Hijo Jesús pasen su mano sanadora sobre la cabeza de mi querida hermana Mayra, que la Virgen Santísima la cubra con su manto santo, para que desaparezcan todas las situaciones que la tienen inmersa en el peligro, dale una oportunidad de vida, para que te glorifique. Te prometo si me complaces Señor …” Era ahí donde hice mi promesa con mucho amor, seguro de que como Dios siempre me escucha, una vez más atendería a mis súplicas.

Me postré de rodillas ante la cama y desperté horas después sintiendo que el milagro ya estaba hecho, pero confieso que hubo momentos en que dudé de mi Dios y hoy ante todos ustedes le pido perdón.

Es cierto, podemos mover montañas, podemos hacer las mismas cosas que hacía Jesús siempre y cuando tengamos FE, pero debemos ser perseverantes, valientes y sentirnos seguros de que cuando invocamos a Dios con humildad, Él nos escucha y nos asiste.

Hoy, mi hermana está fuera de peligro, gracias a Dios, los médicos no encontraron lo que veían en las tomografías, no se explican, las cosas cambiaron Gracias a Dios y a las tantas oraciones que miles de personas hicieron por ella, el milagro está hecho, no solo en Mayra, sino en los corazones de todos y cada uno de los que le rodeamos, en cada persona que elevó una oración por ella, quedó demostrado una vez más el poder de la oración.

Víctor Martínez está hoy más fortalecido en la fe y da gracias al Padre una vez más por su amor y misericordia.

Hasta la próxima.

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