Don Juan y doña Altagracia
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Don Juan y doña Altagracia son dos grandes personajes de la historia de la República Dominicana.
Nuestra Señora de la Altagracia o Virgen de la Altagracia, que es como en realidad le llamamos, es una advocación mariana católica considerada como la «madre protectora y espiritual del pueblo dominicano». Su fiesta patronal es el 21 de enero, día festivo/no laborable en nuestro país, en el que muchos fieles devotos de la Virgen concurren desde todo el territorio dominicano a la basílica de Higüey, en la provincia La Altagracia.
Algunos historiadores y párrocos de la Iglesia católica mencionan que a partir del 12 de mayo de 1502 la imagen es llevada a una parroquia de Higüey, pues, según cuenta la Historia, la Virgen María se le apareció a una pastorcilla encima de una peña. La niña se llevó la pequeña imagen en su bolsa a la cabaña, pero a la mañana siguiente había desaparecido volviendo a aparecer en la misma roca. La niña intentó llevarse la imagen varias veces, pero siempre ocurría lo mismo hasta que las personas del lugar oyeron la historia y al excavar debajo de la peña encontraron la imagen que se venera hoy en día en la capilla que levantaron en su honor.
A partir de esa fecha se fue extendiendo por toda la isla el fervor de los cristianos dominicanos por su madre, al difundirse los numerosos milagros que la Virgen de la Altagracia realizaba en la isla, comenzando así la tradición del pueblo dominicano de visitar cada 21 de enero la basílica de Higüey, donde se encuentra Nuestra Señora de la Altagracia o Virgen de la Altagracia, considerada como la «madre protectora y espiritual del pueblo dominicano».
Por otra parte, tenemos a Don Juan Pablo Duarte, quien nació un día como hoy, es cierto que no es un santo, ni hizo diversas apariciones y milagros, sin embargo, se convirtió en nuestro Héroe Nacional, Padre de la Patria, Libertador dominicano. Fundador de la sociedad La Trinitaria y principal ideólogo de la independencia, por dos veces vio Juan Pablo Duarte triunfar la causa por la que luchó toda su vida: en 1844, cuando el país logró la independencia de Haití, y en 1865, cuando, tras la anexión española, se restauró la República Dominicana. En ninguna de ellas, sin embargo, accedió Duarte al poder, ni obtuvo más reconocimiento que el exilio y el olvido. Tras su fallecimiento, hubo que esperar ocho años antes de que fueran repatriados sus restos, y sólo entonces se le tributaron los honores que merecía un padre de la patria.
Una Madre Espiritual que protege al pueblo dominicano y un Padre de la Patria, que nos recuerda que es mejor que la isla se hunda y no que pierda su libertad y este sometida al yugo de toda influencia y dominio extranjero, que, ni españoles, ni franceses, ni americanos, mucho menos haitianos, debemos permitirles adueñarse de nuestro territorio, de nuestra Patria, de nuestra cultura, pues tal como él lo decía: “Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin honor”.
“El gobierno debe mostrarse justo y enérgico, o no tendremos Patria y, por consiguiente, ni libertad ni independencia nacional”, decía Juan Pablo Duarte.
Víctor Martínez pide a la Virgen de la Altagracia proteger al pueblo dominicano e interceder ante nuestro Dios, para que ilumine y de sabiduría y fortaleza a nuestros gobernantes, para defender la integridad del pueblo dominicano, quien debe ser libre y soberano.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesía de Punto Creativo.
Hasta la próxima.