En Perú, ¿prólogo de golpe de Estado?
Por Augusto Alvararez
Una conjura de extrema derecha, a cuya cabeza figura Keiko Fujimori, aprieta el lazo al cuello del presidente Pedro García.
La derrotada derecha peruana destrozada en la urnas y luego en los tribunales por Pedro Castillo, se iniciaron con el apoyo de la prensa internacional, su desprecio a la agente de abajo, al indicar al triunfante gobernante el calificativo de «maestro rural».
Aunque se trata de un maestro rural, muy especial, pues Pedro Castillo en los debates realizados durante la campaña, se impuso a los mensajeros de la corrupción y el crimen.
Ahora, con apenas 5 meses de haber asumido la jefatura del Estado, se acelera la conspiración en donde podría estar involucrada la vicepresidenta Dina Boluarte, una abogada de 59 años, que al parecer tiene una agenda propia.
Es indudable que la administración del presidente Castillo, únicamente es respaldado por los trabajadores y campesinos, sectores a los cuales el fujimorismo y la mayoría de la extrema derecha resulta natural que desprecien.
Usted podrá levantar la bandera de un extremo u otro y tener honestidad personal y no ser corrupto ni criminal, además, ¿dónde se dice que para ser honrado es necesario un título y varias maestrías? Gabriel Garcia Marquez no habría calificado para la presidencia peruana, ¿lo habría descalificado el autor de la ciudad y los perros?
Compleja y difícil de valorar es la honestidad, justamente cuando la corrupción y el crimen estrangula valores, de ahí la necesidad del presidente Pedro Castillo de apoyarse y movilizar a las fuerzas que hicieron posible su victoria electoral, únicas capaces de enfrentar lo que se está cocinando para derrotarlo.[