AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola amigos, ¿qué tal? ¿Hola amigos cómo están?
Uno de los ejercicios espirituales que más trabajo me ha dado ha sido el de aligerar mi mochila, renunciar a las cosas materiales, conformarme con el pan de cada día, perder el miedo aceptando que Dios siempre provee y que nunca nos deja solos, porque Él está en todas partes.
Solo yo, sé las lágrimas que derramé con este proceso de desprendimiento, para aligerar mi mochila física y emocional. Enojé a muchos, recibí muchos consejos de amigos, los cuales ignoré y me dejé llevar por la voz del Señor.
Una vez me dijo uno de mis jóvenes amigos que yo le había servido de inspiración y motivación para seguir adelante y caminar tras sus metas y sueños, pues si yo con 70 años me atrevía a vivir una aventura así, qué no podía hacer él.
La carta de aquella hermana de Iglesia reprochándome y reclamándome por haberlos abandonado, cuando mi país y mi gente me necesitaba tanto, me estremeció.
Me dejé conducir por Dios y salí con destino a esas tierras benditas sin saber para donde ni cómo iba a vivir, quemé las naves para no poder regresar, ya el paso estaba dado.
Dios me envió a dedicarme exclusivamente a trabajar para Él, continuando firme con los Mensajes de Amor, descubriendo Su Presencia en todas partes, llegando a la mayor cantidad de lugares y corazones por el mundo entero, escribiendo siete obras, orando cinco veces al día por las necesidades de la gente y por mi purificación, ponía atención a mis sueños, evitaba el pecado, y logré formar, por orden del Señor, una Comunidad de Amor que ha sostenido mi trabajo, al trabajar en la Empresa de Dios 24/7.
Cada una de esas instrucciones fueron llegando a mi mente, las escribí y empecé a trabajar en función de ellas, de manera ardura, sin descanso. Así empezó todo.
Jamás imagine la libertad y la paz que se sentiría al aprender a vivir sin peso, solo con la gracia de Dios, esperando sus bondades, gratificaciones y señales.
Nada de cubiertos guardados para cuando llegue visita, ni llevar innumerables trajes para vestir, a la lavandería, ni zapatos sin usar en el closet, ni gastar en mantenimiento del vehículo, ni tarjetas de crédito volviéndome loco, que maravilloso es sentirse libre de todas esas ataduras.
Si algo desea Víctor Martínez este miércoles 14 de agosto es enseñarte a llevar sólo en tu mochila, la gracia de Dios, quien, a pesar de sus innumerables riquezas, nunca nos pesa.
Hasta la próxima.