La delincuencia acorrala la tradición religiosa
Por Augusto Álvarez
Claro, aún tirándola como una verdad relativa, hay que decirla, de manera pueda entenderla, la frivolidad de cierta juventud.
Aunque parezca extraño, y la iglesia vacile para decirlo, la delincuencia extrema ha hecho recular a las religiones.
¿A partir de qué horario se acostumbraba a realizar la tradicional «fiesta del gallo»?
El creciente susurro de los fieles, llegó a oídos receptivos de la jerarquía religiosa, que pendiente de la reducción de asistentes a las actividades, entendieron que la desbordada actividad delincuencial, era la responsable de esa disminución.
Antes, la fiesta del gallo se iniciaba a partir de la media noche, ahora posiblemente a las 7pm,y aún así, el temor se refleja entre los asistentes.
A la par con esa tradición-costumbre, el intercambio de plato navideño, también alejó mas a los vecinos, surgiendo la modalidad del colmado y los delibres.
¿Recuerdan los tiempos en que el pan y la leche eran dejados por los suplidores a la puertas de los colmados? Entonces, se produjo una especie de despertar de una delincuencia dormida.
Hoy asistimos al súbito despertar de una delincuencia vergonzante y con pirámide, de arriba hacia abajo, la primera tipo sombra, intocable y que no deja rastros, y la otra, si, la de marchan por un pica pollo y un lava gallo.