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La familia no se puede negar

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Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

No todo el mundo tiene la oportunidad de hablar de su familia en público, pero como Dios me ha dado el don de la palabra e invoco al Espíritu Santo antes de escribir, hoy, a propósito del mes de la familia que empieza mañana, he querido aludir a mi familia.

Procedo de un padre dominicano procedente de Montecristi, Miguel Martinez, hermosa región del norte de mi país y de una madre cibaeña, Laura Escoto, de Santiago de los Caballeros, ambas familias muy buenas, honorables, trabajadoras, muy humildes, luchadoras, Martinez Báez y Escoto Gómez.

Hoy deseo referirme a los Escoto Gómez y esto por una celebración realizada en Santo Domingo en la que anualmente hacen el intento de reencontrarse para darse un abrazo de amistad, de amor, de perdón, de reconocimiento de que definitivamente “la familia no se puede negar”, expresión que nos recuerda al amigo de la familia, Pedrito, y pase lo que pase, la familia es la familia.

Los Escoto Gómez fueron una familia que se dedicaron toda su vida a la industria del calzado y a la lucha contra la tiranía del famoso dictador ese, siendo apresados en más de una ocasión, torturados, y masacrados al extremo de que perdimos parte de la familia.

Nuestra generación de primos crecimos en medio de tormentos y tristes recuerdos, pero nunca de temores, porque dos cosas nos caracterizaron, la valentía y el desafío a un régimen dirigido por uno de los asesinos más grandes de la historia y a pesar de nuestro dolor e intimidaciones, nunca perdimos la alegría de vivir.

Decir Escoto era decir música, baile, pintura, escultura y el arte de diseñar los más hermosos calzados de la época, en nuestros hogares se escuchaba música todos los días, se bailaba en familia y no faltaba una copa, o la elaboración de un gran plato resaltando el arte de la cocina que mostraban nuestras madres y abuelas. Eso sí quien llegaba a la casa de un Escoto a deshora siempre encontraba un plato de comida que se guardaba por si acaso…

El pasado sábado los que estamos fuera del país, pienso que la mayoría, nos perdimos de un hermoso encuentro familiar, desde aquí pude observar, gracias a los avances de la tecnología, cómo se daban un abrazo de paz, de hermandad y compartían como siempre con la alegría que nos caracteriza.

Sé que en muchas familias se dan estos tipos de encuentros, sugiero dejar las diferencias en estos momentos, abrir sus corazones en memoria de sus antepasados, zanjar las diferencias, limar cualquier aspereza y recordar que hoy estamos aquí, pero mañana podríamos no estar.

Víctor Martínez desea elevar sus oraciones hoy por mi familia, para que el Señor los proteja donde quiera que se encuentren, los llene de paz, de amor, de mucha salud y prosperidad, invoco al Espíritu Santo en cada uno de nuestros hogares para que su gracia nos bendiga y sane las heridas del pasado de nuestros corazones. Recuerda Padre a nuestros seres queridos que han partido, a nuestros padres, abuelos, hermanos, sobrinos, tíos, acógelos en tu Reino Santo. Amén.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo de nuestra hermana Sonia Peguero.

Hasta la próxima.

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