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Mas historia sobre la Parroquia El Buen Pastor

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REFLEXIONES…

 

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Quienes saben de historia, como mi querido gran amigo Bolívar Troncoso, por ejemplo, conocen los desaciertos, confrontaciones, criterios diversos y enfoques diferentes existentes en determinados acontecimientos que, si bien ya son hechos del pasado, al ser narrados en el presente, se prestan para interpretaciones, que en ocasiones podrían estar intencional o no, plagadas de falsedades.

Tenía muy lejos que podría verme enmarcado en algo así, pues ni soy historiador, ni nunca me gustó esta materia cuando era estudiante, con el perdón y respeto que se merecen los profesionales de las ciencias sociales.

Sin embargo, fui protagonista, de la fundación de una Parroquia de Santo Domingo, la cual, con muchos testigos aun en vida, luché por formar y construir en compañía de mucha gente buena de gran corazón y firmes criterios y principios cristianos.

Todo esto por haber tenido el privilegio de disponer de las instalaciones más idóneas, mi colegio, para el inicio de aquella gran obra, llamada Parroquia El Buen Pastor.

Jamás podré olvidar los sabios consejos de mi gran Pastor Monseñor Juan Félix Pepén, quien me decía: “no te enfoques en la construcción del templo, eso no es lo importante, concéntrate en formar la Comunidad del Buen Pastor, que del templo se encarga el Señor”.

Víctor Martínez, ni tonto, ni perezoso, cómo dice el refrán y obediente siempre de mis mentores, consejeros y asesores, me dediqué a construir la comunidad del Buen Pastor, tal como me dijo Monseñor Pepén.

Censos, Via Crucis por todos los rincones de la Parroquia, obras sociales en los barrios marginados, escuela de tarde para los niños de los barrios aledaños, grupos de oración, celebraciones diarias en la capilla de mi colegio, retiros, formación del coro, todo con la participación de un consejo parroquial de personas respetables e inolvidables y en compañía del grupo de jóvenes Seguidores de Cristo ( Ángel Estrella, Karina, las Bisonó, las Albuerme, Laura Tavárez, Omar Ramos, entre otros, a quienes pido excusas por no recordar sus nombres ), era parte de la formación de nuestra Parroquia El Buen Pastor.

Sería injusto si no recordara la gran participación de mis alumnos del colegio, de esa temporada, y sus padres que tanto respaldo dieron a la formación de la parroquia.

Apoyo a la Casa de la Anunciación con sus retiros cuando no tenían su local en condiciones, la Comunidad Pan y Vino, los retiros de Evangelización, todos eran acogidos en nuestra pequeña Parroquia sin templo aún, que operaba en mi colegio, pero con una Gran Comunidad de Amor, gracias a la asesoría de Monseñor Pepén.

Hay mucho en su historia, no solo el origen del nombre que provocó una llamada incómoda, cuando lo narré días atrás; conocer que esta parroquia, la trajo el Espíritu Santo desde Chile, que tuvo un terreno que nos donaron para su construcción frente al colegio y luego nos quitaron, es parte de su historia.

Recordar que mis amigos, el famoso político reformista Alfredo Mota Ruiz se casó por la Iglesia con doña Catalina Deler, en la rancheta de la parroquia cuando la habíamos mudado al terreno que queríamos para su construcción y que Mota Ruíz era la mano derecha del presidente Joaquín Balaguer, es parte de su historia, por su gestión favorable para la construcción del templo, a nuestro favor.

Los Mota se pudieron casar en la Catedral, pero ellos, con mucha humildad, eligieron mi parroquia cuando yo los preparé para consagrar su unión de 25 años, y claro, como dije hace un rato, ni tonto ni perezoso, quería que mi amigo Mota conociera de que se trataba la Parroquia El Buen Pastor, fue él, otro de los que puso su gran granito de arena.

Dejo claro que no me interesan los reconocimientos, ni las pompas, ni los méritos, pero la verdad es la verdad, y como vamos pasando a mejor vida, como muchos de los fundadores de esta parroquia, he querido antes de que me manden a buscar escribir las cosas tal como ocurrieron. Así que, si mis criterios no conjugan con lo que a algunos les gustaría que fuera esta historia, solo le quiero recordar que yo la inicié y usted acaba de llegar.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes como cortesia de un exalumno muy agradecido.

Hasta la próxima.

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