No es posible amar a Dios, sino amamos al prójimo
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REFLEXIONES
Hola, amigos, ¿qué tal? Hermoso mensaje nos trae hoy el Señor, en el libro del Deuteronomio, todo lo que Él nos manda, sus preceptos, no exceden nuestras fuerzas, ni son inalcanzables, ni difíciles de cumplir, están en nuestros corazones y en nuestra boca.
Definitivamente, tal como nos dice el salmo, si buscamos al Señor, revivirán nuestros corazones, porque los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Víctor Martínez piensa que buscar al Señor y actuar según sus mandatos es amar a Dios y al prójimo, pero no de palabras sino de hechos, es esta la razón por la que el evangelio de san Lucas de hoy nos dice: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”. Poniendo el ejemplo del Samaritano y su gran misericordia.
¿Cuántas personas andan a nuestro alrededor, destrozadas emocional y espiritualmente, abatidas, necesitando que alguien sane sus heridas emocionales, alguien que le de amor, consuelo, ser escuchado? Y nosotros indiferentes, diciendo: “ese no es mi problema”.
Recuerda que el Señor ha querido reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, trayéndonos la paz, que, con el sacrificio de la cruz, hemos podido alcanzar, comportémonos pues caminando tras su Hijo, primogénito, imagen del Dios invisible, quien nos insiste en amar al prójimo, como a nosotros mismos.
Hasta la próxima.