No tengo metas
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Son muchas las razones por las que una persona podría expresar que no tiene metas, ni propósitos de vida, ni se hace ilusiones con nada. Son personas que se quedan estancadas, lamentando su mala suerte o reprochándose su falta de capacidad. Generalmente son pobres seres humanos cuya autoestima ha sido fuertemente aplastada por diversas situaciones de vida, en las que alguien les dañó.
El pesimismo se apodera de ellas, como principal inconveniente para alcanzar cualquier cosa en la vida, se viene abajo ante el primer obstáculo y abandona porque lo considera como señal del fracaso al que está “predestinado”.
Un comportamiento muy común de este tipo de personas es que cree que lo sabe todo, suele ser la que menos sabe, porque no se molesta en aprender ni en escuchar a los demás. No escuchan, no leen libros de crecimiento, no quieren aprender y formarse en una escuela, universidad o taller, piensan que son capaces de aprenderlo todo por sí solas.
Si bien es cierto que la determinación, la perseverancia y la fuerza de voluntad son elementos imprescindibles para alcanzar el éxito, estas personas temen tanto a la ansiedad y la preocupación, que les pueda causar el aceptar ciertos retos, que los miedos (incluyendo tanto el miedo al fracaso como el miedo al éxito) y las dudas, les crean situaciones que los llevan a huir y abandonar.
Dejan pasar las grandes oportunidades en sus vidas, por rechazar proposiciones, trabajos, ofertas, personas, que tal vez no te interesen en el momento, sin embargo, es justo lo que necesitabas.
No son los demás los que deben decidir tus metas, sino tú, escuchar a los demás puede servirte de ayuda, pero si tratan de desanimarte y hacerte abandonar para que hagas lo que ellos digan, no se merecen que los escuches.
Si no sabes adónde vas es muy difícil llegar a ninguna parte. Por tanto, crear metas claras y realistas con una actitud positiva y optimista, debe ser siempre el primer paso.
Si culpas a los demás o a la mala suerte de los errores, obstáculos o fracasos, estás renunciando al control de lo que te sucede. Si quieres tener el control deberás hacerte responsable y dejar de culpar a otros. Ellos no van a solucionar tus problemas, sino que tendrás que hacerlo tú.
Alcanzar tus objetivos requiere a menudo la ayuda de los demás. Si eres egoísta y no ayudas a nadie, tampoco habrá nadie ahí para ayudarte cuando llegue el momento. No te obsesiones tanto con alcanzar tus objetivos como para olvidarte del resto de las personas. Procura estar ahí también para ellos.
Alcanzar metas requiere esfuerzo y trabajo. Si eres de los que prefiere estar viendo la tele, enviando mensajes con el móvil o jugando a vídeo juegos todo el rato, no tendrás tiempo ni ganas para perseguir tus metas. Aléjate un poco de todos esos dispositivos distractores y dedica tiempo y trabajo a tus objetivos.
Para alcanzar tus metas necesitas energía, tienes que salir de tu zona de confort, hacer cosas diferentes, visualizar un futuro próspero y asumir una actitud positiva.
Víctor Martínez te recomienda por último, darle participación a Dios en tu vida y dejarte llevar y asesorar por quienes saben más que tú y tienen deseos de ayudarte.
Este mensaje ha llegado a ustedes como cortesía de la Fundación Vidas en Desarrollo.
Hasta la próxima.