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Nos afanamos demasiado

   AYUDAME A SALVAR UNA VIDA  

 

REFLEXIONES

 

 

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba arkadasim ¿nasilsin?

Ellas eran dos hermanas, recibieron en su casa una visita muy distinguida, famosa, un gran sabio, digno de ser escuchado para adquirir gran sabiduría.

Marta, mujer dinámica, tal vez hiperactiva, muy servicial, buena anfitriona, se la pasaba preparando la picadera, la bebida, los detalles para agradar a esa importante visita, que andaba con algunos acompañantes.

María, la otra hermana, mujer tranquila, pausada, embelesada con aquel famoso personaje que se había dignado visitar su casa, se sentó a su lado a escucharlo con atención, mientras se llenaba de sabiduría y su corazón se estremecía.

Es entonces, cuando Marta se quilla y le reclama a su hermana para que se pare de ahí y venga a ayudarla, como su hermana la ignoró, entonces se dirigió al invitado y le dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me ayude.

Es entonces cuando aquel sabio personaje le responde: “Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la mejor parte, y no le será quitada”.

Es esta una historia tomada del evangelio de san Lucas 10, y aquel personaje se llamaba Jesús.

Víctor Martínez piensa que se ha pasado la vida como Marta, afanando, trabajando, sirviendo, moviéndose, preocupándose, sin descanso y en muchas ocasiones no ha prestado la suficiente atención al Señor, pero, como nos pasará a todos, hace unos días que escuché a Dios: “Víctor, Víctor, te has pasado la vida afanando y me has dejado de escuchar, te estás perdiendo la mejor parte, detente por un momento y ven a platicar conmigo”, fue entonces cuando decidí parar, tener un reencuentro con mi Señor, escucharlo con más atención, dejándome conducir, guiar, pero sobre todo, escuchándolo con atención.

Hoy doy gracias a Dios, por demostrarme que nunca me abandona, que siempre está pendiente de mí y dispuesto a rescatarme, ojalá, amigo que me escucha, hagas un alto en el camino y voltees tu mirada hacia el Creador.

Hasta la próxima

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